AstraZeneca suma a BCW para que la ayude a explicar

En Argentina, AstraZeneca, el gigante farmacéutico productor de la vacuna contra el Covid desarrollada por la universidad de Oxford, tiene que dar explicaciones sobre las demoras de meses en entregar el inoculante que el gobierno del presidente Alberto Fernández había prometido para principios de año. Pero, además, sufrió a nivel mundial por errores de comunicación durante su desarrollo y dudas sobre efectos secundarios.

Parte de esos errores de comunicación llevaron a los expertos del sector a afirmar que la vacuna de Oxford es muy superior a la comunicación del laboratorio AstraZeneca.

En Europa, además de haber protagonizado también problemas de incumplimiento en las entregas, el laboratorio anglo-sueco se posicionó en los medios por muy infrecuentes efectos secundarios, como trombosis, que ahora debe hacer frente.

Para eso salió a contratar a BCW (la ex Burson-Marsteller) luego de una licitación que movió el mercado mundial de PR porque el fee anual rondará los 20 millones de dólares a nivel mundial.

En Argentina, donde la agencia de comunicación de AstraZeneca es desde el arranque de la pandemia Urban Grupo de Comunicación, BCW (Burson-Cohn & Wolfe) se sumará como agencia de asuntos públicos.

Si bien la vacuna está aprobada por las autoridades regulatorias europeas, algunos países la dejaron de usar o la prohibieron temporalmente por esos infrecuentes pero potencialmente letales efectos secundarios.

La Unión Europea también le inició una demanda al gigante farmacéutico porque habría privilegiado abastecer primero a Gran Bretaña antes de cumplir con los diversos países europeos.

La reputación del laboratorio también se vio afectada por errores en la comunicación de pequeños traspiés en la comunicación de sus resultados y ciertos errores técnicos que dejaron la percepción de que la empresa pretendía ocultar.

En Argentina, donde el principio activo fue producido por el laboratorio MABxience, del grupo Sigman desde antes de fin de año, la empresa prometió enviar a partir de principios de año la vacuna envasada en viales por el laboratorio mexicano Liomont, lo que apenas empezó a suceder días atrás.

En Estados Unidos, donde la vacuna anglo-sueca desarrollada por la prestigiosa universidad inglesa, el inoculante no fue autorizado por la FDA, la autoridad regulatoria. La demora en la autorización para el mayor mercado del mundo tiene que ver con errores de comunicación por incluir, presuntamente, datos desactualizados sobre su real eficacia.