Howard Paster, en Puerto Madero: retrato de un influyente

 

Howard Paster era vicepresidente ejecutivo del grupo WPP y manejaba todas las agencias de PR y Asuntos Públicos del gigantesco grupo de comunicación liderado por Sir Martin Sorell. Era el jefe consultoras como Burson-Marsteller, Hill & Knowlton y Ogilvy PR, además de otras tantas marcas menos conocidas en el mercado internacional y por eso puede ser catalogado como el máximo jefe de la consultoría en PR a nivel mundial, o uno de los “influyentes tras bambalinas” más poderosos del mundo. Falleció el miércoles de la semana pasada a los todavía jóvenes 66 años de encefalitis.

Paster se hizo famoso en Washington en 1994, cuando fue contratado por el entonces presidente Bill Clinton para que lo ayude a “ablandar” a sindicalistas y legisladores demócratas y así lograr el NAFTA: un acuerdo de libre comercio que benefició a Canadá y México y era rechazado por los sindicatos por temor al traslado a esos países de puestos de trabajo.

Su fama de influyente se la había ganado en los 80, cuando, como abogado lobbyista del combativo sindicato de trabajadores de automotrices de Estados Unidos, UAW, se unió al legendario Lee Iacocca para pedir fondos a Washington para evitar la quiebra de Chrysler en contra de la visión liberal que imperaba en la era Reagan.

Impresionados por las artes negociadoras de Paster, lo contrató el estudio de lobbying Timmons & Co., que lo introdujo en el arte de gestionar intereses para líneas aéreas, equipos de baseball o la industria del petróleo entre otros clientes. Los ambientalistas saben de quién se trata ya que logró que una ley de aire limpio fuera reglamentada de forma más benigna para la industria.

Tras el éxito de Paster con el Nafta, en 1994 lo toma Hill & Knowlton, consultora que intentaba recuperarse por entonces de su mayor escándalo: haber ideado y llevado a cabo la truculenta operación de prensa que en 1992 facilitó la aprobación del Congreso de Washington para que EE.UU. atacara Irak para liberar a Kuwait.

Poco después viajó a la Argentina para ocuparse de la licencia de Hill & Knowlton, por entonces en manos de la agencia liderada por el extinto Aja Espil. Paster puso la consultora en manos de su actual socio local, Edgardo Frola. Desde entonces visitó reiteradamente Argentina.

En 2002 fue ascendido a vicepresidente de WPP, el mayor conglomerado de agencias de publicidad, marketing y PR del mundo, con lo que se hizo cargo de supervisar todo el negocio de PR del grupo con sede en Londres: una red cientos de oficinas en todo el mundo.