La auditora de audiencias en Internet Comscore reveló que los argentinos pasan, en promedio, casi 140 minutos mensuales leyendo o buscando material periodístico online. Esto es exactamente el doble que el promedio global, de 69,7 minutos. Unchartpublicado ayer por la auditora norteamericana indica también que en la Argentina el 94 por ciento de los internautas leen noticias online. Ese podio lo comparte el país con Chile y Perú, y es claramente superior a la media latinoamericana, de 85,5 por ciento de internautas que leen habitualmente noticias en la web.

“Este fenómeno tiene que ver con la muy buena y extensa oferta de medios con información puramente local que hay en Argentina y que supera a todos los países de la región”, explica Marcos Christensen. “De los 20 principales medios de noticias que se leen en Argentina, 16 son locales”. Según Christensen, la enorme politización que viven los argentinos, similar a la que experimentan los venezolanos, podría estar influyendo en la tendencia a buscar más noticias on line. “Se rompió el paradigma de la credibilidad de los medios. Esto significa que la gente aprendió a buscar diversas fuentes para informarse”.

Otro dato interesante es que ninguno, excepto el Grupo Uno de Medios, de los sitios de noticias “top ten” responde a la visión del enorme multimedios oficialista que viene construyendo el gobierno argentino de la presidenta Cristina Kirchner. Por lejos, el site de Clarín lidera por gran distancia, con 11,6 millones de visitas únicas al mes, seguido de La Nación (7 millones). Grupo Uno recibe 3 millones de visitantes únicos mensuales, algo más que Infobae, con 2,7 millones. El portal de editorial Perfil cuenta con 2,1 millones de usuarios únicos mensuales, según muestra estechartde los sitios de noticias top ten leídos por los argentinos.

Este dato es de suma importancia para el gobierno argentino, que lleva adelante una estrategia de silenciar a los medios críticos de su gestión, ya que estaría indicando que el objetivo de limitar voces críticas en los medios no se podría cumplir sin una política de control del acceso a Internet del público o de control de las fuentes informativas.