La revista PRWeek llegó a caracterizar su vocación reformista y su lucha contra la corrupción y el abuso sexual en la Iglesia, así como sus exóticas costumbres de violar sistemáticamente el protocolo, besar enfermos, escaparse de noche para llevar ayuda los pobres y llamar por teléfono a necesitados que le escriben como �un sueño hecho realidad para cualquier profesional de PR�.

Jorge Bergoglio comenzó en 2014, luego de casi un año de haber sido ungido Papa, una renovación de las PR del Vaticano que avanza lentamente y con retrocesos, pero avanza, y puede servir de ejemplo para la reestructuración de las comunicaciones de gobiernos y grandes corporaciones. Es interesante ver cómo marcha esa revolución luego de dos años.

Según la revista británica PR Week, actualmente las relaciones con los medios de la Santa Sede son bastante caóticas, con nueve oficinas separadas dedicadas a distintas facetas con muchas superposiciones: el Consejo Pontificio para la Comunicación Social, la Oficina de Prensa del Vaticano, la Oficina de Internet del Vaticano, la Radio Vaticana, el Estudio de Producción de TV del Vaticano, le diario vaticano L�Osservatore Romano, la Imprenta del Vaticano, el Servicio de Fotografía del Vaticano y la Editorial Vaticana. Para tener una idea de la magnitud: la radio vaticana transmite en 40 idiomas con 200 periodistas.

En palabras de Russell Shaw, ex director de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, �las comunicaciones del Vaticano son rayanas en el caos�.

El máximo caos se produjo hacia el final del breve pontificado de Benedicto XVI, que terminó marcado por una avalancha de prensa negativa, filtraciones y comentarios hostiles.

Shaw explica que �no había suficiente gente para hacer esa gestión� y describe que había apenas dos personas capacitadas para esa tarea: el director y su asistente de la Sala de Prensa Vaticana, que encaraba la tarea de actuar en crisis y filtraciones, pero no podían estar al tanto de todo lo que la prensa en cientos de países escribía sobre el Vaticano. �Para eso se tendría que haber tenido oficinas en muchas capitales�, dice el religioso y acota que con la descentralización de facto de la Iglesia Católica, esa tarea era imposible, y las Conferencias Episcopales de los distintos países carecen de recursos y predisposición para esa difícil misión, agrega.

Como esa situación no podía continuar así, en 2014 se le encomendó a Lord Patten, ex presidente del Consejo de la BBC, que organizó la visita del Papa Benedicto a Gran Bretaña en 2010, que dirigiera un comité para revisar toda la operación mediática de la Santa Sede y proponer reformas. Sus objetivos eran �adaptar los medios de la Santa Sede al consumo mediático cambiante, mejorar la coordinación entre las oficinas y lograr economías en la operación progresivamente�.

La primera recomendación fue unificar todos los servicios de comunicación bajo un solo comando que rendiría cuentas a un comité de las Secretarías de Estado vaticanas de Economía, las conferencias episcopales, medios católicos e individuos expertos en medios. Supervisaría el trabajo de cinco departamentos distintos: un Departamento Pastoral, otro Administrativo, otro Comercial, uno tecnológico y un Departamento de Operaciones de Medios. El último lideraría la reestructuración de las principales actividades de medios de la Santa Sede y se haría responsable de las relaciones con los medios, la difusión de información y la evaluación de proyectos, la planificación y gestión de eventos mediáticos importantes y el entrenamiento de voceros autorizados.

La oficina de prensa necesitaría ofrecer sus servicios en diversos idiomas y estar en condiciones de operar en ciclos noticiosos de diversos países.

Patten explicó que para mejorar la operación de relaciones con los medios habría que fortalecer la oficina de Prensa para que sea un punto central de contacto para todos los medios y que esté en condiciones de distribuir comunicados oficiales, organizar conferencias de prensa, acreditar a los medios y organizar grandes eventos que involucren a medios de comunicación. Pero también reconoció que unir todas esas operaciones bajo un comando requerirá tiempo.

Este proceso se inició hace cuatro años, y los avances fueron más bien modestos. Pese a que se habla mucho de ciclos noticiosos globales, las oficinas cierran a las 15 hora de Greenwich y las comunicaciones internas siguen siendo caóticas. �Incluso el Padre Lombardi, el jefe de RR.PP. y vocero del Papa, un profesional muy competente, reconoce que muchas veces no sabe qué está pasando�, comenta Shaw.

Para auditar este proceso, se estableció un secretariado de comunicación, y justo antes de Navidad hizo el anuncio de que iba a haber una reestructuración de figuras clave en el aparato de PR del Vaticano: el padre Paul Tighe, antes secretario del Consejo Pontificio de Comunicación Social, mano derecha de Patten, fue designado adjunto del Consejo Pontificio de Cultura.

Greg Burke, un ex periodista de Fox News que se hizo conocido en la era Benedicto como estratego mediático y por ser el �tuitero del Papa� al lanzar en 2012 las cuentas papales en esa red social desde la influyente Secretaría de Estado Vaticana, fue nombrado segundo de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en reemplazo del padre Ciro Benedittini.

Se especula con que Burke terminará reemplazando a Lombardi, de 73 años, como jefe de la Oficina de Prensa.

Pero Shaw le pone paños fríos al término �revolución de PR�. Acepta que Francisco sea un comunicador carismático en comparación con sus predecesores. �Este pontificado no es una revolución de PR, si entendemos que revolución es algo institucional y sistemático. La reorganización ayudará pero no será una revolución�.

Según Patten, la transformación revolucionaria la da el propio Francisco con su �mezcla de gracia y autoridad y su desapego a la pomposidad eclesiástica�.

El mayor desafío de Francisco es mantener la unidad de la Iglesia a la vez que presiona por cambios polémicos. El sínodo, en octubre, mostró una Iglesia que se acercaba a una división, y la operación de prensa no fue todo lo perfecto que podría haber sido para evitar la imagen de desunión de esa cumbre de obispos. Según periodistas que cubrieron el importante evento, la decisión de mayor apertura a los medios fue positiva pero caótica, y el resultado no fue bueno. Edward Pentin, corresponsal en Roma del National Catholic Register, un tradicional diario católico de Estados Unidos, dijo a PR Week que Francisco es impredecible y complica la labor de los asesores de prensa revelando información importante antes a terceros que a los propios funcionarios de comunicación.