Guido Gaona cumplió la “gestación” de nueve meses al frente de Burson-Marsteller Argentina y tomó una decisión: se cansó de los piquetes y manifestaciones que hacen virtualmente imposible la vida de las empresas en la city porteña. Su agencia está radicada desde hace más de una década en la calle Rivadavia casi esquina Perú: una ubicación que dos o tres veces por semana queda aislada por piquetes kirchneristas, de izquierda y sindicalistas y a solo una cuadra de la castigada Plaza de Mayo. “Si no te cortan la plaza, te cortan la 9 de Julio, pero son demasiadas las veces que no podemos llegar a la oficina, salir a visitar nuestros clientes o volver a nuestras casas”, explica el mexicano que llegó para terminar con la extensa acefalía de la agencia de PR en Argentina.
[membership level=’0′] Para continuar leyendo, Ingrese su cuenta o suscríbase a la revista y acceda a todo el contenido haciendo click aquí. [/membership] [membership level=’1,2,3,4,5′]Su sabia decisión: mudarse a Palermo, a la calle Arévalo, donde está la sede de Ogilvy & Mather, la principal agencia de publicidad del grupo WPP en Argentina. Allí ocupará un piso completo, con más espacio y más comodidades que en las oficinas de la asediada City. Incluso podría absorber a clientes propios de Ogilvy PR, agencia hermana de WPP y asociada a la agencia de publicidad, que no termina de desembarcar en el mercado argentino. Ogilvy PR en muchos mercados es casi tan importante en Asuntos Públicos como la propia Burson.
De esa forma, Burson no hace más que seguir la corriente de cada vez más empresas que se escapan de la city porteña, cada vez más complicada por piquetes y protestas. Palermo se convirtió, además, en uno de los principales centros de las industrias creativas y culturales de la Argentina, y, de todos modos, cada vez más sedes corporativas de grandes empresas abandonan la city para instalarse en algún lugar de la Zona Norte.
Gaona provino de Burson-Marsteller México para dirigir la filial argentina luego de un largo período de acefalía que se inició cuando se marchó Santiago Lacase con el socio local de la agencia de WPP, Darío Straschnoy, a formar la consultora de asuntos públicos Agora, en mayo de 2014. La acefalía fue interrumpida brevemente por Encarnación Ezcurra, hoy directora de Public Affairs de Telefónica, hasta que finalmente llegó Gaona, luego de casi un año de buscar a un posible candidato en el mercado local.
El objetivo de Gaona es seguir recuperándose del deterioro que sufrió durante la etapa de acefalía. En ese lapso perdió media docena de profesionales, y ya tomó a 10 nuevos, con los que suma un equipo de 35. Entre las incorporaciones está Darío Minore, ex Muchnik, Zurich e Identia, como líder de la práctica de Public Affairs y Comunicación Corporativa, con lo que se convierte en virtual mano derecha de Gaona.
Burson también perdió en esa etapa algunos clientes emblemáticos, como Monsanto, hoy en manos de Spe; DirecTV, que se fue con Alurralde, Jasper & Asociados, o Danone, que se marchó con Muchnik.
Pero Guido Gaona ya tiene una interesante recuperación para mostrar. Si bien es difícil que cuentas que se fueron vuelvan en el corto o mediano plazo, Burson puede exhibir conquistas de las últimas semanas como la química alemana Henkel y la empresa de computación Bangho, que luego de unos turbulentos ajustes de personal por la rebaja de aranceles para importar tecnología, cerró su armaduría local para pasar a importar equipos terminados.
Gaona promete para septiembre una reinauguración de Burson en Palermo a todo trapo, invitando incluso a los muchos ex bursonitas que ocupan cargos clave en departamentos de Comunicación y Asuntos Públicos de las principales empresas de la Argentina.

En la sede de Ogilvy, en Palermo, ya están esperando a Burson-Marsteller

Guido Gaona cumplió la “gestación” de nueve meses al frente de Burson-Marsteller Argentina y tomó una decisión: se cansó de los piquetes y manifestaciones que hacen virtualmente imposible la vida de las empresas en la city porteña. Su agencia está radicada desde hace más de una década en la calle Rivadavia casi esquina Perú: una ubicación que dos o tres veces por semana queda aislada por piquetes kirchneristas, de izquierda y sindicalistas y a solo una cuadra de la castigada Plaza de Mayo. “Si no te cortan la plaza, te cortan la 9 de Julio, pero son demasiadas las veces que no podemos llegar a la oficina, salir a visitar nuestros clientes o volver a nuestras casas”, explica el mexicano que llegó para terminar con la extensa acefalía de la agencia de PR en Argentina.

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