Además deberán entregarles información sobre todos los detalles de sus procesos. Podrían, por ejemplo, obligar a Coca-Cola a revelar su fórmula (no lo harán, pero es para dar una idea de qué va a votar el Congreso argentino en pocas semanas).

Sanciones, decomisos y clausuras son lo mínimo: la Presidenta ya demostró estar dispuesta a amenazar a directivos empresarios con una peligrosa ley antiterrorista con la cual los puede encarcelar, si aduce que los empresarios desabastecen o suben precios para generar un estado de pánico en la población. Se arma el combo perfecto para la venezolanización total de la Argentina.

Es mala noticia para los empresarios, pero también para la argentina en su conjunto. El problema es que la opinión pública no lo sabe. Fue demasiado largo el “default” de la comunicación empresaria en la década kirchnerista.

Ahora esta amenaza del gobierno comenzó a movilizar a las cámaras, como la UIA, la CAC y la ASU (supermercadistas) para ponerse a pensar en algo que no hicieron durante una década: comunicarse con la opinión pública. Todavía no se vio mucho.

Pero una buena noticia para los empresarios es que cuentan con un buen punto de partida para romper el silencio en el que vienen sumidos desde el arranque de la década kirchnerista, y es que hoy gozan de mucha más credibilidad que el propio gobierno. Concretamente, casi tres veces más, según el último Trust Barometer de Edelman.

La brecha de confianza a favor de las empresas por sobre el gobierno creció en Argentina como en casi ningún otro país. Según el Barómetro Global de Confianza 2014 que presenta anualmente la consultora Edelman, Argentina ostenta una de las mayores brechas de confianza del público en las empresas por sobre el gobierno, de 58 sobre 23 por ciento, mientras el año anterior la brecha resultó entre 19 y 49 por ciento. Los datos fueron presentados durante la 4ta Conferencia Internacional de Relaciones Públicas organizada por el Consejo de Relaciones Públicas.

Ante el intento del gobierno argentino de imponer una “Ley de Abastecimiento” por la cual controlaría directamente todas las decisiones empresarias y estaría en condiciones de quebrarlas o expropiarlas, el dato del Trust Barometer es significativo ya que la brecha de confianza de las empresas por encima del gobierno de la presidenta Cristina Fernández creció de 30 a 35 puntos porcentuales.

En todo el mundo, en promedio de los 27 países medidos por el Trust Barometer de Edelman, la confianza en las empresas es ligeramente superior a la de los gobiernos, de 14 puntos porcentuales, siendo Suecia el líder de confianza del gobierno (supera a las empresas en 12 puntos porcentuales) y Sudáfrica el peor, donde las empresas aventajan en confianza al gobierno por más de 40 puntos porcentuales.

El Barómetro de Edelman es una encuesta global que combina público general y líderes de opinión.