“El AVE no es la medida de las PR”, dice Laura García y no se refiere a ningún pájaro, sino a la primitiva y controvertida forma que tenían los relacionistas y comunicadores de medir el impacto de su trabajo: medir el espacio en prensa gráfica de las notas que hablaban de la empresa y fijarse en un tarifario publicitario cuánto hubiese costado ese espacio, si se pagaba un aviso de ese tamaño.
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