El mundo de las RSE, sustentabilidad y propósito recibió un duro cuestionamiento por parte de una de las “biblias” de los negocios y las finanzas: The Financial Times. El diario inglés publicó un editorial señalando al caso Danone como “una prueba de las desventajas del propósito” refiriéndose a la nueva tendencia corporativa que pregona que las empresas, antes que pensar en sus ganancias, deben anteponer un propósito.
El caso del defenestrado CEO de Danone, Emmanuel Faber, sería un ejemplo de que no puede haber sustentabilidad empresaria sin resultado económico.
Faber fue despedido por el directorio luego de que el gigante lácteo francés tuviera que poner en revisión varias operaciones para su eventual cierre o venta. Una de las que llamó la atención fue su filial argentina. Aunque Danone apenas es una más de un ejército de multinacionales que ya hicieron las valijas o están silenciosamente planificando la partida del atribulado país sudamericano por sus políticas cada vez más anti empresarias y el constante deterioro de su situación económica.
De alguna manera el artículo de opinión es una suerte de revancha contra una expresión soberbia de Faber de que desde la multi francesa habían “derribado la estatua de Milton Friedman”, el economista liberal de la Universidad de Chicago y ganador del Premio Nobel 1976 por sus teorías monetaristas, pero también por su máxima de “the business of business is business”: la responsabilidad social de las empresas es la de maximizar sus ganancias y por eso deben dedicarse a los negocios.
Friedman no era un desalmado: sostenía que de la política social se debía ocupar el estado y que para eso tenía los impuestos que pagaban las empresas que ganaban dinero. Las RSE, sostenía el “chicago boy”, sirven solo si ayudan a mejorar la imagen de la empresa. Nada más.
Hoy ese principio es un anatema en el mundo de la sustentabilidad, el propósito empresario y la responsabilidad social empresaria.
Faber, en cambio, había convencido al directorio que, antes que nada, Danone debía ser una empresa con misión.
La rebelión de los accionistas contra Faber se produjo luego de que empezaran a comparar las ganancias de rivales como Nestlé o Unilever con las de Danone, sostiene el diario inglés, a pesar de que esas dos mencionadas corporaciones también destacan su rol de progresistas y de ser empresas con propósito.
El artículo apunta contra un importante grupo de CEOs estadounidenses que en 2019 firmaron un acuerdo en el marco de una Business Roundtable en el que se comprometían a anteponer el propósito a las ganancias. Muchos accionistas no fueron consultados si estaban de acuerdo.
¿Un golpe a la responsabilidad social empresaria o solo un accidente en el camino?