Por Diego Dillenberger
“Quizás sea el escenario de mayor incertidumbre desde 1983”. “La situación política es impredecible. Cualquier catalizador puede generar una crisis”: frases que reflejan la desorientación de los propios encuestadores. Estas respuestas de los expertos que estudian y miden día a día la política y la opinión pública sintetizan claramente la sensación de riesgo de colapso político y económico que vive la Argentina en estos momentos.
Son retazos de lo que pasa por la mente de los encuestadores y consultores políticos de la Argentina y surgen de una nueva toma de un sondeo realizado para la próxima emisión del programa La Hora de Maquiavelo (domingo a las 23, Metro) y que está indicando que el consenso de los analistas políticos es que creció en pocos días el riesgo de un cambio abrupto de gobierno, que ya se vino manifestando con la crisis provocada por la renuncia del ministro de Economía, Martín Guzmán.
Los 50 encuestadores, asesores, directivos Asuntos Públicos y analistas políticos argentinos consultados de forma anónima estiman que subió significativamente la probabilidad de elecciones anticipadas, considerada relativamente baja hace apenas tres semanas en una encuesta anterior.
Casi al compás del abrupto salto que pegó en los últimos días el dólar paralelo o el indicador de riesgo país, hoy el 36 por ciento considera “bastante alta” o “50/50” la probabilidad de un cambio anticipado de gobierno.
Esta última estimación de “mitad y mitad” es el consenso del 28 por ciento de los encuestadores y analistas políticos.
“Que el 28 por ciento se ubique en la probabilidad de 50 por ciento para un adelanto de elecciones o recambio anticipado es una enormidad”, explica uno de los encuestados, Orlando D’Adamo, de la Universidad de Belgrano y de la UBA, que hoy da clases de opinión pública en Madrid y Salamanca y asesora a candidatos en varias elecciones latinoamericanas.
Comparado con el sondeo anterior de La Hora de Maquiavelo se duplicaron los encuestadores que dudan que el gobierno llegue a buen puerto, mientras que se mantuvo baja -en 8 por ciento- la opción de los que ven “bastante alta” la probabilidad de colapso del gobierno.
La contracara de ese número es que tres semanas atrás todavía el 80 por ciento veía improbable un escenario de colapso del gobierno, y hoy menos de dos tercios confía en que la administración del presidente Alberto Fernández pueda llegar al fin de su mandato: es un deterioro muy significativo de las expectativas de los expertos sobre la estabilidad política argentina.
Y los encuestadores y consultores políticos son consecuentes con esa respuesta: muy pocos creen posible que el gobierno pueda dar una suerte de “golpe de timón” antes de un desenlace trágico de la crisis: apenas el 12 por ciento lo ve altamente posible, y esto refleja que los analistas juzgan escasa la capacidad de reacción del Presidente. El escenario más probable es que la inacción ante una inflación creciente y la imparable pérdida de reservas del Banco Central y la tremenda desconfianza de los inversores sobre la Argentina pueda terminar en un mal desenlace.
“Que el 28 por ciento se ubique en la probabilidad de 50 por ciento para un adelanto de elecciones o recambio anticipado es una enormidad”
Ante este panorama de incertidumbre no sorprende que en la encuesta a encuestadores se mantenga alto el consenso de que el Frente de Todos podría quebrarse antes de las próximas elecciones: se cumplieron cuatro meses de que el Presidente y su vice ni se hablan y desarrollan ese triste show de dúo Pimpinela político que solo agrega más incertidumbre política al desbarajuste económico: los que creen que es baja la probabilidad de que la coalición peronista que armó Cristina Kirchner para ganar las elecciones de 2019 llegue entera o que ven la posibilidad de ruptura en 50 por ciento es de dos tercios y se mantuvo similar contra el sondeo anterior, tres semanas atrás.
A diferencia del caso del peronismo, se mantuvo estable el consenso de los encuestadores de que la oposición de Juntos por el Cambio llegaría sin romperse a las próximas elecciones. A pesar de que los opositores cada vez más frecuentemente se chicanean por los medios y dan la sensación de estar demasiado ensimismados en la carrera hacia la candidatura presidencial y de que tienen demasiados postulantes para el mismo cargo: apenas el 12 por ciento de los expertos -contra 15 por ciento de hace tres semanas- cree que hay riesgo de ruptura opositora.