A la pregunta sobre la imagen del gobierno de Fernández de Kirchner, la encuesta (nacional, telefónica, 979 casos), cerrada la noche misma de la protesta, obtuvo el 61,5 % de respuestas negativas y el 26% de positivas. Comparada con la serie iniciada en 2008, la negativa alcanza los niveles más altos de los meses más álgidos de la “Guerra del Campo” de 2008 y la subsiguiente derrota electoral de 2009, aunque la positiva es ligeramente más alta que entonces, que se mantenía por debajo de 20 % durante ese trance de alta negatividad.

“No preguntamos por elementos que nos ayuden a determinar por qué se dio el salto en la imagen negativa del gobierno de la presidenta en tan poco tiempo, ahora tenemos que trabajar para determinar eso. Estamos sorprendidos con el número. Pero podemos especular con una sumatoria de causas que van desde las restricciones al dólar y las importaciones, la inseguridad, las reiteradas cadenas de TV con algunos exabruptos muy comentados de la Presidenta, como el que hay que temerle como a Dios, los escándalos de corrupción, la economía con inflación y recesión. Las prioridades varían. Lo que sí podemos decir es que la masividad y extensión de las marchas del pasado jueves se entienden claramente con la caída tan abrupta de la percepción pública del Gobierno.

Datamática, consultora que tiene sede en Salta y trabaja para diversos gobiernos y campañas políticas en América latina, ya había marcado como primera consultora de la Argentina, con la misma pregunta y hace seis semanas, que la imagen del Gobierno era ligeramente más negativa que positiva.

“Esperábamos una baja adicional, pero nunca imaginamos una caída tan pronunciada”, dice Pizetti.

Otra de las sorpresas de la encuesta fue la caída en la intención de voto. Si bien la presidenta Cristina Fernández no está habilitada para la reelección en 2015, comparada hipotéticamente con una elección presidencial con siete posibles candidatos opositores del peronismo y el radicalismo, estaría obteniendo el 24,6% de los votos. Con casi 27 % de indecisos, la proyección le daría el 30%, con lo que estaría perdiendo casi la mitad del arrasador 54% de hace menos de un año.

La encuesta también muestra que creció el rechazo a una reforma constitucional, que necesitaría para poder competir por un tercer mandato. En la encuesta anterior de Datamática, hace seis semanas, la negativa era de 60 %, y ahora crece a 66%. “Si creció el rechazo a la reforma constitucional es porque el tema se debatió más en las últimas semanas. Queda solo 7 % de indecisos y apenas 26% de aprobación. Con estos números vemos muy difícil que el Gobierno consiga la reforma para la reelección. Y, si lo consigue pese a todo en el Congreso, difícilmente pueda ganar luego una elección constituyente”, acota Pizetti.