“El
primer semestre cayó fuertemente las actividades de eventos corporativos. El
promedio de la caída rondaría entre el 20 y el 30 por ciento, según el
segmento”, explica Nelson Pérez Alonso, presidente de Claves.

El
impacto afectaría no solamente a empresas directamente especializadas en la
organización de eventos empresarios, sino también a las agencias de PR que
desarrollan eventos para sus clientes.

Pérez
Alonso explicó que las agencias organizadoras de evento más golpeadas por el
bajón en la actividad son las medianas. “Las más grandes tienen estructura para
soportar el fuerte aumento de costos que ya no se compensa, por la caída de la
actividad, mientras que las más chicas, con personal en negro, son más
flexibles para absorber el impacto. Las que mas pierden son las medianas”.

Según
Pérez Alonso, la caída de la actividad se explica por la merma en lanzamientos de
productos, debido en muchos casos a las trabas que impone el gobierno a la
importación. “Pero también hay recortes generalizados en las áreas de Marketing
que están afectando al sector Eventos”.

Nelson
Pérez Alonso explica que, además, “los costos de hotelería y gastronomía de la
Argentina, medidos en dólares o euros, están por las nubes, y esto está frenando
eventos empresariales regionales o globales”.

“Al
dólar oficial (4,50) la Argentina se volvió excesivamente cara como sede de
eventos regionales o globales”, explica el economista, que advierte que los
empresarios del sector hotelero y gastronómico no suelen ajustar sus precios a
la baja ante una caída de la actividad”, lo que indicaría que no será rápida la
recuperación del país como sede para eventos internacionales.

“De
todos modos, para tener un diagnóstico definitivo del sector habrá que esperar
al segundo semestre, el más activo en materia de eventos”, aclaró el economista
de Claves.

Marcelo
Gordin, CEO de énfasis, una de las empresas organizadoras de eventos líderes
del mercado y hasta hace un mes presidente de la cámara del sector, AOFREP,
sostiene que la caída se está dando más por la facturación que por la cantidad
de eventos en sí. “Hice un sondeo rápido entre colegas y todos coinciden en que
no cayó la cantidad de eventos, pero sí su facturación”, explica Gordin. “Esta
situación es muy grave porque agrava la brecha entre la inflación y la
posibilidad de trasladarla a los precios. Un ejemplo: si una empresa hacía
antes un evento de tres días en el Conrad de Punta del Este, ahora lo hace de
un día en el Sheraton de Pilar. Y esto, para los organizadores de eventos,
genera un problema para afrontar el fuerte aumento de costos por la inflación”.

Gordin
también informa que tiene muchos clientes con eventos en stand by, esperando su
confirmación. “Hay pedidos de cotización, como siempre, solo que ahora no se
concretan los pedidos”.

Gordin
explica que para el sector de organización de eventos ya el 2011 no había sido
un año excepcional: “el año pasado crecimos pero no llegamos a compensar el
fuerte aumento de la inflación”. El consultor de eventos sostiene que “el 2010
fue un gran año, porque nos comparamos con el 2009, que fue el peor desde la
gran crisis de 2001/2002. En 2009 se sumó la fuerte recesión a la Gripe A, que
obligó a suspender durante un mes todos los eventos. Entre 2003 y 2008 fue todo
crecimiento. La expectativa para 2012 es de desaceleración. “Esperemos que no
sea caída”, dice Gordin y explica que “como nosotros hacemos muchas actividades
de motivación para el personal, éste es el momento en que las empresas tienen
que motivar más que nunca a su gente, en medio de una gran
desmotivación reinante. Hay que ser inteligente ante la crisis, hay que
reinventarse”, sostiene el organizador de eventos.