La pequeña firma Definers Public Affairs llevó las artes oscuras de la política de Washington a Silicon Valley cuando, trabajando para Facebook, comenzó a criticar Google y otras compañías de tecnología con los periodistas.
Pero unos días antes de que la directora de operaciones de Facebook Sheryl Sandberg declarara ante el Congreso en septiembre pasado, Definers fue más lejos aún: su nuevo blanco fueron los senadores a punto de interrogar a Sandberg.
En un documento distribuido a los reporteros, Definers contó qué software utilizaron los 15 miembros del Comité de Inteligencia del Senado para rastrear a los visitantes de sus sitios web del Senado. Otro documento detallaba cuánto gastaba cada senador en anuncios de Facebook y cuánto había recibido en donaciones de campaña de Facebook y otras grandes empresas de tecnología, según informó el New York Times.
Conocidos en el negocio político como “investigación de la oposición”, los documentos presentados por Definers proporcionaron a los periodistas la munición necesaria para sugerir que los senadores que interrogaban a Sandberg eran hipócritas por criticar a Facebook.
Si bien los senadores no son ajenos a la “investigación de la oposición” (aprovechan el recurso contra rivales políticos), resulta extraño que se use contra ellos fuera de la temporada de elecciones. Además, las empresas que se someten al escrutinio en Washington generalmente evitan hacer algo que pueda enfrentarse con los legisladores.