En 1994, un coche-bomba se estrelló contra el frente del edificio de la AMIA dejando un saldo de 85 víctimas, 300 heridos y ningún culpable.

21 años después, se buscó ejercitar la memoria de la gente insertando el nombre AMIA en una herramienta que dure para siempre y pueda ser utilizada por el mundo entero: una nueva unidad de medida para medir atentados terroristas basada en el atentado a la AMIA, el grado 1.

En el desarrollo de la fórmula estuvieron involucrados un grupo de especialistas técnicos en diferentes áreas: el arquitecto Daniel Jiménez, el economista Fermín Oria, el físico Marcelo Rozenberg y el ingeniero Luis María Guerrero. Después de horas de debate y días de prueba llegaron a una fórmula final.

La herramienta para medir el grado de daño y destrucción provocado está disponible enwww.gradosamia.com/es. Se debe especificar el nombre del atentado, la fecha y el país para generar la ecuación.