Por Ariel Traverso, Founder & CEO de A-Train
Cuando me consultan sobre cómo administrar los recursos en una empresa, la duda casi
siempre gira en torno a lo material. ¿Cómo optimizar el presupuesto, a donde enfocar las
estrategias, qué es gasto y qué inversión, dónde recortar costos? Sin embargo, existe un
recurso más valioso que cualquier cifra: el talento. Puede parecer cliché y, aun así, muchos
siguen sin comprender que, hoy, es más valioso que nunca.
Esto es crucial, especialmente en un área como la comunicación, donde las ideas, la
creatividad y la capacidad de conectar con audiencias son la materia prima con la que se
produce. ¿A dónde voy con esto? Hoy, tener un equipo motivado, con ideas, proactivo, que
esté cómodo es el recurso más valioso y donde no hay que escatimar, y estoy convencido
de que puede ser más rentable que cualquier estrategia. Y no estoy hablando del retorno
económico.
Las nuevas generaciones de profesionales, particularmente quienes ocupan roles clave,
están redefiniendo la modalidad de trabajo, no del futuro, sino del presente. El 86% de los
profesionales de la generación z y el 89% de los millennials aseguran que tener un sentido
de propósito es importante para el bienestar laboral. Además, el 44% de ambos grupos
afirma que consideraría abandonar su trabajo actual si percibiera una falta de equilibrio
entre su vida laboral y personal, datos de la Encuesta Global 2024 a Millennials y
Generación Z de Deloitte.
Pero cuidar el talento no es solo ofrecer sueldos competitivos. Hay una frase que me
encanta y la tengo siempre en mente “No hay laburos buenos o malos. Hay gente buena y
de la otra. La gente cambia de trabajo por esta última”.
Estas generaciones buscan algo más: propósito, flexibilidad, aprendizaje constante, desafío
y un entorno que fomente la autonomía, sin perder la fortaleza del trabajo en equipo. Y esto
implica promover el trabajo por objetivos, y no por cumplir horario. Por eso, invertir en
talento implica crear las condiciones necesarias para que los nuevos profesionales se
desarrollen y den lo mejor de sí, incluso sin importar desde dónde.
Durante la Copa América enviamos una guerrilla de creativos y productores por diferentes
anunciantes con los que trabajamos para el mega evento. Estuvimos más de 1 mes
trabajando allá. Los generación Z, no volvieron. ¿Cambió algo para A-Train a nivel calidad y
delivery de trabajo?, ¿el cliente lo sintió? La realidad es que no. Hay que saber leer la
época.
Ignorar esta demanda no solo lleva a una alta rotación, sino a una pérdida de
competitividad. De hecho, estamos viviendo despidos masivos en las empresas más
importante que, además, son las que están impulsando la vuelta del 5×5 (presencialidad los
5 días de la semana). La comunicación y la capacidad de estar conectados hoy convierte
cualquier parte del mundo en una oficina, y ese es un valor que hay que saber aprovechar.
El talento no es un recurso más, es el recurso esencial, el motor que impulsa los grandes
proyectos y transforma a las organizaciones. Los argentinos sabemos más que nunca que
con un buen equipo, se puede salir campeón del mundo; hacerlo a conciencia es más que
una estrategia, es una necesidad para quienes buscan liderar en un mercado cada vez más
desafiante.
El desafío es seguir leyendo las épocas, saber anticiparse a los cambios, entender (mucho)
al talento, a los jóvenes y adultos, y comprender que viven realidades y objetivos
sumamente diferentes. El resultado, como digo siempre, es que la marca o empresa
también cuente su historia y obtenga el mejor crédito, con el mejor equipo.