Es uno de los diez monjes negros anti aborto, según la revista Noticias: Rodrigo Fernández Madero, CEO de la agencia de PR Open Group. El militante católico acaba de concretar la campaña de PR más trascendente de su carrera: contribuir significativamente a frenar la ley de despenalización del aborto en el Senado argentino.
En una entrevista en TV en La Hora de Maquiavelo, luego de la media sanción de la ley de despenalización en la Cámara de Diputados, se manifestó confiado de que en el Senado -donde están mejor representadas las provincias- le iba a poder poner el freno al aborto. En esa nota también explicaba que asumió ese rol a pedido del que fue el indudable vocero de la posición pro vida: el periodista de La Nación Mariano Obarrio.
“No me disgustó que me calificaran de monje negro -dice divertido sobre la nota de la revista Noticias- tomándolo como calificación de alguien que está atrás, diagramando la estrategia”.
“Nunca me creí esa sensación de derrota luego del voto adverso en Diputados, porque el Senado representa mejor al interior, que es más bien provida. La media sanción despertó a mucha gente”, explica Fernández Madero, que hoy es el CEO de la consultora que fundara su padre, Gonzalo, en los 90. Por ese entonces, el fundador de Open Group, un ex directivo del grupo Bunge & Born, era considerado uno de los lobbyistas con mejores contactos en el gobierno de Carlos Menem. De hecho, estuvo detrás de uno de los intentos del presidente peronista de domar la inflación, el Plan Bunge & Born, a cargo del holding que durante el siglo XX fue la empresa más poderosa de la Argentina.
Hoy en día, su hijo asesora en RR.PP a clientes como la maderera austríaca Egger, Assistcard, la cadena de hoteles Wyndham, los desarrolladores de la Trump Tower de Punta del Este o la empresa de memorias Seagate.
Más allá de que la Iglesia Católica y el Papa Francisco entraron en acción con un rol mucho más activo luego del voto adverso en Diputados, la campaña que llevó a cabo Fernández Madero fue vital para lograr más movilización y más presencia en los medios de la postura pro vida.
“Solo cuando se vio a la gente participando más activamente a favor de cuidar las dos vidas, los medios equilibraron un poco la cobertura”, explica con cierto tono de reproche.
“Viajé a Tucumán a una marcha de 150.000 personas. Teníamos a todos los medios en contra, que nos empezaron a tener en cuenta un poco más. Igual ahora nos están matando”, se queja de la cobertura muchas veces enojada con los senadores que frenaron el aborto.
De hecho, el gobierno de la provincia de Tucumán declaró a la provincia libre de aborto, lo que ayudó a convencer al senador y ex gobernador Alperovich de votar en contra de la despenalización del aborto. Muchos votos indecisos terminaron del lado “celeste” luego de ver las marchas multitudinarias.
“Sabíamos que teníamos más gente que ellos, solo había que movilizarla para que los senadores se dieran cuenta de que su gente es provida. Finalmente triplicamos a los abortistas”, dice. Y, de hecho, las encuestas hacia el final del debate arrojaban 55 por ciento en contra de despenalizar el aborto, solo que la distribución territorial de esa mayoría pro vida era muy desigual: se replicaba en el interior y el conurbano bonaerense, pero era muy minoritaria en la ciudad de Buenos Aires, la caja de resonancia mediática del país.
Hoy Fernández Madero califica a sus rivales abortistas de “malos perdedores” y no está convencido de que sea positiva la iniciativa del gobierno del presidente Mauricio Macri de despenalizar el aborto desde el código penal a raíz de la derrota en el Congreso, porque sería meter el aborto por la ventana, luego del rechazo parlamentario.
¿La lección del debate en torno al aborto le puede servir al gobierno para entender que, aun estando en minoría en el Congreso, puede conseguir el involucramiento de la opinión pública en debates en los que solo se expresan el sindicalismo, los líderes piqueteros y de ultraizquierda y torcer la resistencia de los legisladores?
“En la Argentina cambió la forma de votar. Uno puede movilizar a la opinión pública con mensajes y estrategias de comunicación, es importante que el gobierno vea que se puede plantar en muchos temas”, recomienda el consultor y activista anti aborto a un gobierno nacional atribulado con una crisis económica producto de la falta de reformas estructurales y desorientado en materia de estrategia comunicacional.
“El gobierno no comunica bien y da la sensación de no se saber a dónde quiere ir”, evalúa Fernández Madero.
“Yo les recomendaría que estén más atentos a lo que le interesa a la opinión pública”, recomienda.
“Pudimos movilizar a gente que habitualmente no lo hacía. Acá parece que solo los piqueteros y sindicalistas se mueven para reclamar. En la Plaza Celeste (pro vida) veías gente de todas las clases sociales, incluso gente muy humilde, cosa que no veías en la verde (abortista)”, describe Fernández Madero.
De hecho, ambas manifestaciones, la del voto en Diputados, en junio, y la del Senado, en agosto, fueron seguidas por los medios, las redes sociales y la opinión pública, en general, como la tensa e histórica noche en la que en el Senado se cayó la Resolución 125 que pretendía literalmente expropiar la producción agraria en el kirchnerismo.
Sobre el rol de los medios de comunicación en el debate, el consultor y activista pro vida tiene un reproche: “los medios estuvieron mayoritariamente a favor de la despenalización, aunque al final del debate tuvieron que hacer un poco de equilibrio y admitir más voces pro vida”.
¿Cómo toleraron los clientes de Open Group que el CEO de la agencia dedicara parte de su tiempo a la campaña pro vida? “No tuvimos quejas de los clientes, y muchos apoyaron”.
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