En un duro tono, la ONU presentó en su cumbre ambiental COP 27 en Egipto un durísimo informe contra las empresas que practican el “greenwashing” y hasta explicó más claro que nunca cómo definir cuando estas empresas están embelleciendo sus comunicaciones sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

En un informe de un Grupo de Expertos de Alto Nivel sobre las promesas de “emisión cero” de organizaciones no estatales, las Naciones Unidas le dan duro a bancos y a grandes industrias, así como a ciudades y a regiones enteras por presumir de más “verdes” de lo que son.

La canadiense Catherine McKenna presentó el informe y anunció de entrada que “es hora de ponerle un límite al greenwashing”. Según el informe, un tercio de las 2.000 mayores empresas del mundo tienen objetivos para eliminar su huella de carbono, pero, según la ONU, el 93 por ciento de esos supuestos “greenwashers” no tendrían forma de lograr esas metas de carbono sin hacer mucho más de lo que están haciendo actualmente: pocos publican planes de inversión creíbles para poder medirlos. 

El informe conmina a las empresas a frenar esa deshonesta “contabilidad climática” haciendo públicos sus avances hacia la descarbonización informando datos verificables.

Entre las recomendaciones a los “greenwashers”, el informe de la ONU pide a las empresas no alardear de “verdes” cuando al mismo tiempo aplican su lobby contra políticas públicas a favor del clima.