La noticia generó cierta admiración mezclada con envidia: los publicitarios ya tienen su Academia Argentina de la Publicidad. Este lunes, en un acto liderado por su primer presidente, Santiago Olivera, se dio formalmente arranque a esta iniciativa que busca ser análoga con academias prestigiosas y tradicionales, como las de medicina, letras y comunicación.

Entre los miembros fundadores hay “popes” de la publicidad argentina como Miguel Daschuta, Alejandro Di Paola, Gianni Gasparini, Raúl López Rossi, Jorge Seeber, el propio Olivera, e incluso íconos de las PR, como Luis Ibarra García y Julio Suaya.

La Academia define su función como espacio donde se reúnen profesionales de las distintas disciplinas que integran la comunicación publicitaria para reflexionar, debatir, pensar y desarrollar en conjunto acciones que permitan prestigiar la profesión, fortalecer la disciplina y visibilizar su importancia como factor económico. Busca revalorizar la historia de la publicidad y potenciar su relevancia internacional, trabajando con un espíritu de colaboración, centrado en los intereses comunes de todos quienes la conforman.

Cabe destacar que la publicidad argentina, hasta la irrupción de la era de Internet, era considerada entre las más creativas y ganadoras de premios del mundo.
Obviamente que todas las academias se convierten también en una suerte de “club” al que se accede solo por invitación, y ser parte es sumamente prestigioso.

Consultado el sector desde este servicio informativo sobre si cree que los RR.PP. o comunicadores corporativos o de asuntos públicos (la profesión empieza por tener de entrada un problema de definición y nomenclatura) la respuesta fue claramente afirmativa: para el 70 por ciento de una base de 40 respuestas “llegó la hora de que se forme una Academia de RR.PP. en la Argentina”. 

El resto está dividido entre que “no es una profesión que dé para crear una academia”, que no llegó su momento aún o que no sabe. Los encuestados que respondieron a la convocatoria y que reclaman que los RR.PP. sigan los pasos de los publicitarios.

 

Pero lo cierto es que los encuestados dieron sus argumentos a favor:
“De acuerdo. Es un modo de jerarquizar la profesión y la ciencia de las RRPP”.
“Es necesario para valorizar la profesión”.
“Las RR.PP. son herramientas imprescindibles para el adecuado funcionamiento de las instituciones y, como cada país tiene su propia idiosincrasia, es importante que nuestros comunicadores puedan “pertenecer”, como sucede en otros países donde también se valora la actividad”.
“Debería estar en el marco del Consejo Profesional de Relaciones Públicas”.
Y en el wing de los que dudan:
“El tema es quien elige a los de prestigio”.
“Ya existe: es el #ConsejoPR. Reúne los mismos objetivos que la Academia de Publicidad”.

Fue una gloria a nivel mundial: hoy los publicitarios argentinos tienen su Academia, y los PR quieren la suya