No hay mal que por bien no venga, dice el dicho que parece haber hecho suyo Gustavo Quiroga, fundador hace dos décadas de Quiroga Medios, para convertirse finalmente en una verdadera agencia de compra de medios regional.
La pandemia, que afectó seriamente el negocio de la publicidad en todo el mundo, y provocó una fuerte caída en el volumen de Quiroga Medios, atacó a Gustavo Quiroga por dos flancos: el económico, sí, pero el más complicado fue la deslealtad de su gerente local en México, el argentino Martín Caserta, que, además de quedarse con clientes, habría tenido manejos financieros poco claros. Pero Quiroga hoy dice que prefiere ni hablar de ese presunto fraude y remite a una demanda que le habría iniciado en la justicia mexicana a su ex country manager.
Hoy la oficina en México está liderada por Gonzalo Rinaudo, un argentino que reside en Miami y desde allí supervisa el negocio azteca y el estadounidense.
Pero el gran cambio de Quiroga es que, tras 15 años de haber iniciado su expansión internacional, decidió organizarse al mejor estilo de una verdadera multinacional.
“El percance que sufrí en México me ayudó a ver no sólo que debía centralizar la conducción de la empresa, sino que entendí que las oficinas locales debían dejar de ser feudos para tener una dirección unificada y compartir los mismos valores en todos los puntos”, explica.
Nada quedó librado al azar, o a la buena o mala voluntad de un country manager, como en México. Contrató al gigante internacional de la auditoría BDO, presente en prácticamente todo el mundo, para unificar la supervisión y control detallado de los números.
El propio Quiroga aprovechó la herramienta que más se destacó en la pandemia: las videoconferencias, para unificar criterios e información regularmente.
Realmente, no hay mal que por bien no venga: “Se acabaron los feudos”, dice Quiroga enfático. “Hoy somos una sola empresa”.
De hecho subdividió la región en subregiones, como lo hacen las multinacionales: Andina, Cono Sur y Norte, y una alianza que tiene hoy con otra compradora de medios en la zona de Centroamérica y Caribe pasaría pronto a ser parte de la “multilatina” Quiroga.
El próximo paso sería Brasil, aunque sobre ese salto al mayor mercado de la región dice que prefiere no comentar nada aún.
Y como no hay mal que por bien no venga, confiesa que el trauma de su oficina en México -a juzgar por la cara de Quiroga cada vez que recuerda el episodio, no hay duda de que fue traumático- no solo le sirvió para iniciar el turnaround de su organización compradora de medios, sino que creó Q Sports, para que marcas deportivas puedan interactuar mejor con las audiencias, y un área de generación de contenidos multimedia y para TV, además de QLand, con la que ingresa en el negocio de las PR.
También creó Quartic, para soluciones digitales y para llegar al e-commerce. “Queremos conectar audiencias con los Amazon y Mercado Libre de este mundo, explica: hoy estos shoppings digitales se convirtieron en un gran atractivo para todos los anunciantes.
Quartic también busca eludir el monopolio que tiene Google sobre la publicidad online encontrando los huecos.
Hoy Quiroga está viviendo en Buenos Aires, luego de haber pasado buena parte de la pandemia “varado” en México y “poniendo la cara” por su ex gerente para poder ordenar los desaguisados que encontró en su oficina y se lo ve más entusiasmado que nunca luego de la tremenda lección que aprendió allá. No hay mal que por bien no venga.