José López, EVP de Nestlé, anunció la capitulación ante Greenpeace en un foro sobre deforestación en Kuala Lumpur

Luego de una implacable campaña de Greenpeace iniciada hace más de dos meses en redes sociales, la gigante suiza de alimentos y bebidas Nestlé anunció que dejará de usar productos que provengan de la destrucción de los bosques tropicales. Ahora la organización ambientalista promete ir tras los pasos del holding financiero británico HSBC, también vinculado al mismo ex proveedor de Nestlé de aceite de palma, denunciado por la presunta deforestación de los bosques tropicales indonesios.

El vicepresidente ejecutivo de Nestlé, José López, anunció en un foro sobre deforestación llevado a cabo en Kuala Lumpur que la firma helvética se asoció a la ONG The Forest Trust (TFT), cediendo de esa manera a la presión contra su reputación ejercida por Greenpeace a través de la campaña viral en los medios sociales.

TFT ayudará a Nestlé a “limpiar” su cadena de proveedores, identificando a aquellas compañías que no protejan el medio ambiente.

Greenpeace basó su campaña en un video subido a YouTube en el que denunciaba que la expansión de las plantaciones de palmas aceiteras (para utilizar el aceite en productos como el chocolate de Nestlé Kit Kat, muy difundido en Norteamérica y Europa) está derivando en la destrucción de los bosques tropicales y los humedales de Indonesia, y poniendo en riesgo de extinción a los orangutanes. A partir de esa crisis de reputación “online”, Nestlé salió a buscar un ejecutivo de renombre para manejar sus relaciones públicas globales.

El jefe de Campaña Forestal de Greenpeace Internacional, Pat Venditti, dijo en el site de la entidad ambientalista: “Estamos encantados que Nestlé planee dejar en paz a los orangutanes y exhortamos a otros minoristas internacionales, como Carrefour y Walmart, a hacer los mismo. Desde el inicio de nuestra campaña, cientos de miles de personas se contactaron con Nestlé para hacerle saber que no comprarán productos vinculados a la destrucción de los bosques tropicales”.

Bajo sus nuevas políticas, Nestlé se comprometió a identificar y excluir de su cadena de proveedores a compañías que posean o trabajen con granjas vinculadas a la deforestación. Esta exclusión apuntaría a compañías como Sinar Mas, la proveedora de aceite de palma y papel más importante de Indonesia, en el caso de que no respete los nuevos criterios ambientalistas de Nestlé. También tendría implicaciones para comerciantes de aceite de palma, como Cargill, compañía que continúa abasteciéndose a través de Sinar Mas.

“El accionar de Nestlé envía un claro mensaje a Sinar Mas y al resto de los protagonistas de las industrias del aceite de palma y del papel, acentuando que la destrucción de los bosques tropicales no es aceptable en el mercado global. Estas compañías tienen que repensar sus modelos de negocios y sumarse a la protección de los bosques y los humedales. Greenpeace estará muy atenta y ejercerá presión por la rápida implementación del plan de Nestlé”, agregó Venditti.

Ahí es donde entra el holding británico HSBC. A pesar de sus declarado compromiso con la protección del medio ambiente, lo cierto es que el gigante de servicios bancarios tiene vínculos financiero con Sinar Mas, la misma empresa que está en el ojo de la tormenta por proveer de aceite de palma a Nestlé.

“Vemos aquí una práctica hipócrita: a pesar de tener una política que supuestamente protege los bosques, HSBC está mirando para otro lado sobre Sinar Mas”, señaló desde ámsterdam el director de Marketing de Greenpeace, el argentino Oscar Soria.

“La política del HSBC dice que no proveerá servicios financieros que directamente promuevan operaciones en los humedales declarados sitios Ramsar (hay una convención sobre ello), y nosotros publicamos últimamente evidencia que muestra que Sinar Mas expandió sus operaciones en el parque nacional Danau Sentarum, en Kalimantan, uno de los sitios que se encuentran en la lista de Ramsar”, denuncia el ejecutivo.

Ahora, Greenpeace promueve que la gente que le haga llegar vía e-mail su disconformidad al CEO del HSBC, Michael Geoghegan.