A diferencia del petróleo y el gas convencional, que se encuentran en mantos horizontales de fácil acceso, los no convencionales (conocidos como shale oil y shale gas) se alojan encapsulados entre las vetas de la roca madre. Para extraer su contenido se utiliza la técnica del fracking, que requiere de un equipamiento de altísima tecnología que cuesta una fortuna, y que consiste en bombear agua, arena y sustancias químicas a altísima presión a través de perforaciones en la tierra para ayudar a abrir fisuras en las rocas y facilitar así el flujo de gas y crudo hacia la superficie.

En la Argentina, el controvertido mega reservorio de shale oil y shale gas Vaca Muerta, en Neuquén, deberá servirse de esta técnica para operar. Su descubrimiento fue anunciado en diciembre de 2010 y aunque actualmente el proyecto es inviable por falta de inversores ─se estima que serían necesarios alrededor de 40 mil millones de dólares para poner en marcha el yacimiento─, Cristina Fernández y el CEO de YPF, Miguel Galuccio, ya tuvieron reuniones y habrían llegado a acuerdos preliminares con dos de las más grandes petroleras del mundo, las norteamericanas Exxon y Chevron. En el medio, desde Repsol se acusó en su momento de que Vaca Muerta habría sido el principal motivo de la expropiación.

Según un informe elaborado por la Agencia Internacional de Energía (AIE, por sus siglas en inglés), el potencial de reservas de shale gas que existe en Vaca Muerta permitiría abastecer con creces al consumo interno argentino por más de tres siglos.

Sin embargo, a la luz de la reciente confirmación de contaminación del fracking en los Estados Unidos y la creciente conciencia medioambiental en el país, que ya sufren otras industrias como la minería, las operaciones en Vaca Muerta podrían necesitar de una buena estrategia de PR. Ya el pasado 22 de septiembre, Día mundial contra el fracking, se realizaron manifestaciones en contra de la actividad en algunas ciudades de neuquinas.

Por lo pronto, en los Estados Unidos, donde el debate está más establecido en la agenda mediática, ya se está pidiendo al gobierno federal mayores regulaciones al fracking.