¿Alquien hubiese imaginado a líderes empresarios argentinos dándole la espalda a Cristina Fernández de Kirchner por sus intentos de sojuzgar a la prensa independiente o de presionar políticamente a corporaciones que no le resultaban simpáticos o por intentar “ir por todo” y llevar a la Argentina a un modelo estilo chavista?
Imposible. Sin embargo, los principales líderes empresarios estadounidenses que forman parte del consejo asesor del presidente Donald Trump iniciaron una verdadera rebelión, que se empezó a formar desde el mismo día en que el polémico presidente republicano decidió construir un muro con México y hacérselo pagar a los propios mexicanos. Mientras que Ford, apresurado por agradar al líder constructor decidió cancelar el anunciado proyecto de planta en San Luis Potosí, en el norte mexicano. Ya habían colocado la piedra basal. Pero la Ford consideró más apropiado darle marcha atrás a ese proyecto industrial que iba a producir autos –generando puestos de trabajo- en el país del tercer mundo y fabricarlos a un precio más alto en la rica Estados Unidos.
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