El mundo se está volviendo cada vez más políticamente correcto. Mientras las grandes marcas decidieron boicotear a Facebook por fomentar fake news y negarse a controlar el discurso de odio en la red social, las grandes agencias de PR -que entienden algo más de management de reputación que Mark Zuckerberg- decidieron darle la espalda a la licitación más jugosa del año de servicios de PR: los 6,3 millones de dólares anuales que ofrecía el gobierno de Beijing para relanzar la imagen de Hong Kong.
Tras el boicot de grandes agencias internacionales como Edelman y Ogilvy, Hong Kong se tuvo que conformar con una compañía de PR de segunda para su campaña de ‘‘Relaunch Hong Kong’’: Consulum, una consultora especializada en comunicaciones estratégicas gubernamentales que cuenta con oficinas en Bahrein, Dubai, Riad, Londres y Mónaco, y acabó ganando la licitación y firmando el envidiado contrato anual valuado en casi 6.3 millones de dólares.
La licitación, revelada por el site PRovoke en abril, busca restaurar la reputación de Hong Kong como un centro mundial de negocios, tras las protestas en contra del gobierno que azotaron la ciudad el año pasado y la violenta represión del régimen comunista chino, que ejerce una soberanía limitada sobre la ciudad-estado que hace más de dos décadas dejó el Common Wealth británico en acuerdo de transición con China.
La situación empeoró cuando Beijing impuso una polémica “ley antiterrorismo” sobre Hong Kong que virtualmente liquida las libertades civiles y de expresión de las que gozaban los chinos de Hong Kong.
Hace un mes, Edelman siguió los pasos de agencias como MSL, APCO, BCW, Ogilvy y OPRG y retrajo su propuesta de la licitación, citando como motivo ‘‘cambios en el entorno de los problemas globales’’. Al ser la compañía de PR más grande del mundo, su decisión quitó credibilidad al proceso, pero lo cierto es que la situación geopolítica actual no es la ideal para realizar una campaña de PR: Beijing anunció que impondría su ley de seguridad nacional en Hong Kong, y Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, amenazó con sanciones. Así, se hace muy difícil ignorar las realidades políticas y promocionar el atractivo comercial de Hong Kong a un público internacional.
El banco HSBC, sin embargo, tomó una postura muy diferenciada en el asunto. El banco compartió una imagen de Peter Wong, su director ejecutivo, firmando una petición en apoyo de la ley de seguridad que finalmente impuso Beijing ante la protesta de casi todos los países occidentales. Tras casi un siglo de mantener una posición sumamente neutral, la decisión de HSBC generó mucho enojo tanto en Estados Unidos como en Reino Unido, donde el banco mantiene su segunda base, en Londres.
Consulum ya tiene experiencia en restaurar reputaciones: uno de sus anteriores clientes fue Arabia Saudita, el que contrató a la agencia de PR para intentar mejorar su imagen tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. El hecho se produjo en el consulado del país en Estambul, Turquía, en octubre de 2018, y provocó violentas reacciones y protestas a nivel mundial.
La pregunta ahora es si puede restaurarse una reputación en un lugar en donde los disidentes serán aplastados por las fuerzas chinas.
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