No es una novedad, pero el fraude electoral en Argentina tomó ribetes de escándalo en los últimos años. Particularmente desde la reciente elección provincial en Tucumán, en la que la Justicia por primera vez admitió que hubo fraude, las trampas electorales, generalmente orquestadas desde los gobiernos, se instaló el problema como issue en la opinión pública. Como los partidos políticos tradicionales argentinos prácticamente desaparecieron, y solo el gobierno está en condiciones de hacerse presente en todos los locales de votación, lo que no garantiza siempre la limpieza del comicio.

Sin embargo, de la mano de la ONG Red Ser Fiscal, muchos ciudadanos disidentes comenzaron a interesarse por ayudar a controlar el fraude. Esa red, integrada por más de una docena de ONGs y entidades preocupadas por asegurar la transparencia y legitimidad de los comicios en Argentina, ahora empezó a trabajar con grandes empresas para que sus empleados puedan participar en el proceso de fiscalización.

Claudio Bargach, máximo referente deSer Fiscal, una organización apartidaria, explica que se le da el nombre de Programa RSE por la Transparencia Electoral y que, aunque son críticos de la organización electoral del gobierno por no dar garantías de limpieza en las elecciones, son una organización independiente de los partidos políticos.

“Les damos un puente de plata a las empresas que se quieren comprometer con el proceso electoral, porque no estamos vinculados con ningún partido”, explica el jefe de la ONG que está proponiendo para futuros gobiernos una profunda reforma del sistema electoral como política de estado.

Losconvenioscon empresas se firman con la ONG central de la red, Red Encuentro Ciudadano. Consiste en que las empresas invitan a capacitadores de Ser Fiscal a entrenar al personal voluntario in company. La empresa participante evalúa qué beneficio otorgarle al personal que se sume a la iniciativa. Generalmente otorgan un día libre a los empleados el lunes posterior a la elección u otro día a elección. “No siempre puede ser ese lunes, aunque los fiscales suelen terminar el domingo agotados, porque muchas empresas no se pueden dar el lujo de que falten muchos empleados un mismo día. Pero pueden obtener francos compensatorios adicionales en otro momento”, explica Bargach.

En algunos casos, como el del site-agencia de turismo Despegar.com, la empresa paga al empleado el taxi para ir y volver al sitio de fiscalización. En total se anotaron 25 empleados de Despegar para ser fiscales.

Ser Fiscal tiene acuerdos con casi todos los partidos de la oposición. En total son nueve, entre los que está Cambiemos, UNA, Progresistas, Democracia Cristiana (José Manuel De la Sota). Para poder fiscalizar, la ley actual exige que el fiscal sea presentado oficialmente por uno de los partidos que intervienen en el comicio. Sin embargo Bargach aclara que los fiscales entrenados por la Red están para controlar el comicio en nombre de todos los ciudadanos de todos los partidos.

Para controlar que el empleado haya cumplido con su misión, se le pide presentar el recibo del fiscal general de que entregó el certificado de escrutinio, con lo que debió haberse quedado hasta el final del conteo de votos.

Bargach admite que hay resistencias en algunas de las empresas a las que van a visitar para que se haga pública la participación de la corporación en el Programa. “Pero podemos firmar una cláusula de confidencialidad y no dar a conocer la participación de la empresa” para evitar represalias del gobierno contra la compañía o sus directivos. “Aunque el dar a conocer que una gran marca apoya nuestra iniciativa sirve de efecto contagio”, aclara Bargach. De hecho, uno de los mayores bancos privados extranjeros radicados en Argentina estaría participando de la campaña de RSE, y Ser Fiscal le garantiza el bajo perfil.

Ser Fiscal garantiza un alto nivel de capacitación para sus adherentes. Valga como ejemplo que uno de los capacitadores es el politólogo y periodista Pablo Olivera Da Silva.

La última reforma electoral del gobierno kirchnerista amplió la cantidad de mesas a casi 100 mil en todo el territorio, y mantuvo el dudoso sistema de boleta de cuerpos que es fácilmente robable. Esto hace más difícil a los partidos opositores, con estructura insuficiente, disponer de más de 100 mil fiscales debidamente capacitados para intentar minimizar el fraude.