¿Cada cuánto están actualizando los fees los consultores en medio de una inflación que se acelera y marcha al 7 por ciento mensual? ¿Cuáles son los valores de referencia para cobrar en un país en el que la gente perdió noción de los precios? ¿Cómo manejan los plazos de pago de sus cuentas, cuando el dinero se devalúa cada vez más rápido? ¿Pueden tener rentabilidad las consultoras cuando los costos suben y los ingresos se estancan? ¿Cómo se traspasan los costos a los clientes sin estropear las relaciones? ¿Los consultores zafan exportando servicios?
Un sondeo al sector de la consultoría en comunicación -en el que participó casi la mitad del mercado local- arroja luz sobre cómo sobreviven las agencias que ayudan a empresas, ONGs y gobiernos a comunicarse. Y sus resultados son alarmantes.
La inflación está haciendo estragos en el frágil sector de la consultoría en PR y Asuntos Públicos, como en casi todos los sectores de la economía de la Argentina, aunque la actividad no esté bajando, según dijo la mayoría de los 57 consultores que contestaron la encuesta de este servicio: es más de la mitad del mercado sondeado mediante esta encuesta, de manera que las respuestas son altamente representativas del sector.
La inflación alta y en proceso de aceleración, que en la Argentina se está acercando a una posible hiperinflación, es una situación nueva para un sector acostumbrado a convivir admirablemente con inflación en los últimos 20 años. Pero hiperinflación, como la que asoló a la Argentina a fines de los 80, sería una novedad: en aquel tiempo la consultoría en PR prácticamente no existía. Por el contrario, el boom de agencias de Relaciones Públicas vino después, con la estabilización y las inversiones que llegaron en los 90.
Una de las inquietudes del sector hoy es cómo mantener el vínculo con los clientes cuando la economía está sufriendo una puja de precios y de poder en el que los más chicos suelen tener los mayores problemas para trasladar sus aumentos de costo a los clientes.
“Se hace difícil lidiar con los clientes”, dijo uno de los encuestados. Otro colega agregó: “Si esto trae problemas con el cliente, a la corta o a la larga la relación se termina”. Otro encuestado se quejó de que “hay mucho desgaste entre aumentos de salarios y actualizaciones de fees”.
Otro integrante del panel de encuestadores aclaró: “Los clientes empáticos validan el trabajo realizado”.
Pero un consultor alertó sobre un problema que puede tener repercusiones a largo plazo: “Es inviable mantener la calidad del servicio con fees cada vez más devaluados”.
En concreto, el 30 por ciento está de acuerdo con que la renegociación por inflación y demoras en la cobranza afectan la buena relación con las cuentas. El 53 por ciento está parcialmente de acuerdo, y apenas para el 18 por ciento la puja inflacionaria no representa un problema.
La pregunta clave es si los consultores están pudiendo actualizar sus fees ante semejante aceleración inflacionaria, y la mayoría no lo está logrando: el 39% no está alcanzando con sus fees el nivel de inflación y el 32% está intentando pero todavía negocia. Solo el 30% sostiene que logra actualizar los fees en función de la inflación.
Una pregunta clave es cada cuánto se renegocian los fees con una inflación que llega al 100% anual. En el mundo la regla es que se cierran contratos anualmente y por lo general los valores no se tocan.
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