La población mundial continúa creciendo a un ritmo acelerado y el cambio climático generó pérdidas de millones de euros a las compañías. Por lo tanto es necesario generar un cambio, y la acción colectiva representa parte de la solución. Charly Alberti sostuvo que “América Latina nos necesita, la toma de conciencia por el cuidado del medio ambiente ya está instalada y toda la sociedad tiene que involucrarse más cada día” y agregó que “el sistema económico quedó obsoleto. Es necesario que redefinamos nuestro pensamiento para lograr que el sistema sea útil para la sociedad y el planeta, comprendiendo además que en Latinoamérica aún estamos a tiempo de cambiar la sociedad en la que vivimos a través del desarrollo sustentable. Debemos revalorar nuestro entorno y recursos”.
En línea con la problemática descripta, la ONU lanzó los 17 Objetivos de Desarrollo Sustentable, orientados a alcanzar tres grandes metas en 2030: erradicar la pobreza, luchar contra la desigualdad y solucionar el cambio climático. Una de las claves de estos nuevos objetivos es el rol fundamental de todos los actores, incluyendo al sector privado.
“Al promover e impulsar la vida sustentable, las empresas pueden desempeñar un papel de liderazgo y serán recompensadas por los consumidores que también buscan en las empresas responsabilidad y un propósito, así también como productos de alta calidad a un precio justo. No hay una contraposición entre el negocio y la sustentabilidad, esta relación está creando un valor real para Unilever”, afirmó Paul Polman.
Como un ejemplo vivencial, Rick Ridgeway explicó cómo la marca Patagonia integró armónicamente la sustentabilidad a sus negocios, incorporando soluciones para cuidar el planeta a través de productos y materiales duraderos que no provoquen daño al medio ambiente. También destacó lo importante de incentivar una cultura y modelo de consumo más responsables en los consumidores.
Una nueva actualización del avance del Plan de Vida Sustentable de Unilever, lanzado en 2010, demuestra que la sustentabilidad está en el centro del modelo de negocios de la compañía. Hasta el momento la compañía ahorró 640 millones de euros desde 2008 en eficiencia ecológica, por mejora de procesos e inversiones en tecnologías más eficientes en sus plantas.
En cuanto al desempeño del negocio, Miguel Kozuszok destacó que “las marcas sustentables, que tienen un propósito social y ambiental, han crecido 30% más rápido que el resto y representaron 50% del crecimiento de la compañía en 2015. Entre estas marcas se encuentran, por ejemplo, Dove, Ala, Vim, Lifebuoy y Knorr”.
A modo de ejemplo local, el presidente de Unilever América latina comentó que los desodorantes comprimidos lanzados en 2015 generaron, no solamente un buen negocio tras la venta de más de 9 millones de unidades, sino que colaboraron con la disminución del impacto ambiental: se ahorraron emisiones de CO2 por 1.479 toneladas, equivalentes a las emisiones promedio de un auto que da 263 vueltas alrededor de la tierra y se ahorró el aluminio equivalente al necesario para construir 41 mil bicicletas.
Durante el evento, Kozuszok presentó el proyecto #AguaParaCrecer, una iniciativa de la marca Cif lavavajillas junto con la Fundación Gran Chaco, Fundación Avina y Xylem, para promover el desarrollo de las comunidades originarias del Gran Chaco Americano a través del acceso al agua segura. El desafío es ambicioso y de largo plazo: lograr que las comunidades puedan desarrollarse y ser autosustentables.
#AguaParaCrecer completa su desarrollo con la construcción de huertas para consumo y comercialización, la instalación de almacenes con productos para satisfacer las necesidades básicas, además de actividades educativas sobre salud, nutrición, higiene y uso racional del agua. Estas capacidades quedarán instaladas en 10 comunidades wichis y tobas, empoderando a 1300 mujeres artesanas que son el motor económico de esas comunidades, con un impacto final en 6500 personas.