Volkswagen no tiene descanso: a los pocos días que la justicia federal alemana falló que debe indemnizar a decenas de miles de clientes por el escándalo del sistema informático que manipulaba los tests de emisiones en sus motores Diesel, un nuevo escandalete sacudió a la automotriz alemana en los medios.
Lo curioso es que en el centro de este nuevo percance (menor al lado del affaire de las emisiones fraguadas que ya lleva cinco años) hay un emblemático bar porteño: el tradicional y ahora remozado Petit Colón, la cafetería ubicada a una cuadra del Teatro Colón, en la esquina de Libertad y Lavalle.
¿Cómo llegó a llamarse así un nuevo escándalo de VW que le podría costar el cargo al director de Marketing?
La empresa alemana emitió un corto de Instagram producido en Buenos Aires por su agencia VoltageDDB, del grupo Omnicom, para promover su última versión de Golf en redes sociales que generaron estupor por el contenido racista: el clip muestra a un hombre de color que es movido y maltratado frente al Petit Colon por una mano blanca. Qué se quiso expresar con ésto, nadie lo entendió, pero para complicar las cosas, periodistas descubrieron que -posiblemente adrede- las letras que van formando el copy El nuevo Golf (en alemán, der neue Golf) lo hacen en un orden muy particular de manera de convertirse en un insulto a los negros (Neger, que se podría traducir como “grone”).
Para colmo de males el absurdo clip saltó en momentos en que el mundo entero se horrorizaba con la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco en Estados Unidos.
Este caso demuestra una vez más que los profesionales de PR deben ser integrados a la toma de decisiones de marketing y publicidad por el alto riesgo de que errores de comunicación impacten muy negativamente en la imagen de marca y la reputación corporativa.
Volkswagen es una empresa sensible a temas raciales y religiosos, ya que su nacimiento se debe a Adolf Hitler, quien ordenó crearla para desarrollar el “auto del pueblo” (Volkswagen) y vehículos militares. Por eso, rápida de reflejos, VW emitió un comunicado de disculpas y eliminó el clip: “Sin duda, el video está equivocado y es de mal gusto. Investigaremos cómo pudo suceder y tomaremos medidas”.
Obviamente, el pésimo clip fue capturado por terceros y sigue circulando en redes sociales con más visualizaciones que las que tendría el corto sin el escándalo que hoy lo rodea.
VW tiene además una gerenta de Diversidad, Elke Heitmüller, que expresó: “entendemos la indignación pública, porque nosotros también estamos horrorizados. Este video es un insulto a los logros de los movimientos de derechos civiles, y nosotros en Volkswagen somos conscientes del origen y la culpa de nuestra empresa durante el nazismo. Por eso nos oponemos a toda forma de odio y discriminación”.
También se disculpó públicamente la agencia de publicidad.
El escándalo se produjo en la misma semana en la que la justicia federal falló que la automotriz deberá indemnizar a decenas de miles de clientes en Alemania por la manipulación de sus escapes para fraguar tests de emisión por los controles técnicos, tan estrictos en Alemania y Estados Unidos.
Medios alemanes afirman que el affaire podría costarle el puesto al director de Marketing de la sede de Wolfsburg, Jochen Sengpiehl.