Una encuesta al sector de PR y Asuntos Públicos muestra cierto optimismo con 

respecto a qué harán las empresas en materia de sustentabilidad, inclusión y su comunicación, a pesar de una clara tendencia a mirar para otro lado que bajará desde la nueva administración Trump

 

Ambiental, Social y Gobernanza, Inclusión, Igualdad y Diversidad: las claves del desarrollo de la Sustentabilidad Corporativa -y su comunicación- desde hace décadas, parecen amenazadas a partir del próximo lunes, cuando Donald Trump asuma en Washington su segundo período con un mandato -y poder político- más fuerte que nunca para darles marcha atrás en Estados Unidos a muchos de esos preceptos que se habían convertido en un “must” para todas las grandes corporaciones a nivel mundial.

Anticipando esta tendencia, la Corte Suprema de Estados Unidos falló en contra de las “acciones afirmativas” para que aspirantes de color automáticamente sean privilegiados sobre los blancos en las universidades.

La gran noticia fue que Walmart, el mayor empleador privado de Estados, decidió dar marcha atrás con sus políticas de inclusión. Le siguieron muchas, entre ellas McDonald’s, pero la lista incluye a otros gigantes estadounidenses, como Amazon, Boeing o Ford.

La tendencia a incluso contratar directivos especializados en el tema se había intensificado con las protestas a raíz de la muerte de George Floyd en 2020. 

El posible desmantelamiento de los departamentos de inclusión racial y sexual seguramente comenzará por el propio gobierno federal de Estados Unidos no bien asuma Trump. Algo similar podría pasar con las políticas de Sustentabilidad en un gobierno que apuesta a los combustibles fósiles como nunca desde hace décadas y promoverá la explotación de gas y petróleo en suelo de Estados Unidos.




¿Impactará en lugares remotos como la Argentina? Después de todo, la visión de Trump, plasmada en concreto por el think tank conservador Heritage Foundation en su Project 2025 -que invita a “hundir el barco DEI”- se replica en el gobierno de Milei. El presidente argentino incluso coincide con Trump en que el cambio climático no existe. Además, luego de un año quedó claro que lleva adelante una suerte de “batalla cultural” contra las ideas “woke” o “progres” y “políticamente correctas” y que no le divierte mucho que lo contradigan.

Un sondeo de Revista Imagen a 92 expertos dedicados a la consultoría, las PR y el análisis de opinión pública indica que son “algunas” las empresas que están dejando de lado esas políticas: apenas el 3 por ciento tiene conocimiento de empresas que “le bajan el precio” a sus políticas de diversidad y sustentabilidad, aunque otro 12 por ciento cree que “se están dejando de lado o planean hacerlo en muchas empresas.

Sin embargo, la gran mayoría -casi un abrumador 80 por ciento- opina que “no se dejarán de lado” o que solo lo harían pocas empresas.

Si dependiera de los expertos del sector, tres de cada cuatro expertos recomendaría “no hacerle caso al cambio de tendencia y seguir con políticas de diversidad e inclusión”. Apenas el 20 por ciento cree que habría que “dejar de lado las políticas corporativas de diversidad e inclusión”.


No solo se trata de una respuesta que apunta a “salvar el propio puesto” o porque es lo correcto -o políticamente correcto-. Para los expertos que participaron en la encuesta hay motivos concretos de seguir con sus políticas de inclusión y sustentabilidad.

“Es una norma en las empresas líderes del mundo”, dijo uno de los encuestados. Para otro hay motivos económicos para seguir con esas políticas: “Las políticas de inclusión y diversidad no solo son fundamentales desde una perspectiva ética, sino que también mejoran la cultura organizacional, atraen talento diverso y generan beneficios económicos comprobados”.

Incluso varios recalcan que las políticas de sustentabilidad y diversidad son demandas de las nuevas generaciones de empleados y consumidores.


Para uno de los encuestados  “las decisiones corporativas deben tener una expectativa de mediano plazo. Y por ahora, Trump y Milei son el corto plazo en términos de los tiempos de una empresa. Las decisiones sobre terminar con “discriminaciones positivas” son producto de cambios culturales en las cúpulas, no necesariamente en las sociedades, más allá de sus votos circunstanciales”.

Otro sostuvo en esa línea que “En nuestro país la agenda es distinta, y atraer talentos jóvenes hoy requiere seguir siendo cuidadosos y respetuosos en esos temas. Marcas con propósito seguirá siendo un must”.

Aunque algunos colegas sostienen que las políticas de inclusión son contraproducentes e irrelevantes para las generaciones más jóvenes y, otros, que son imprescindibles para atraer talentos, hay una visión muy difundida: “ la diversidad siempre es buena para el negocio, no solo la reputación”, sostiene uno.


La misma pregunta, sobre el “trend cultural” de la nueva agenda ambiental en Estados Unidos y la Argentina que “ya no enfatiza en el problema del cambio climático como prioridad apuntó a entender cómo ve el sector de las PR y asuntos públicos el futuro en las empresas: pese a Trump y Milei, la visión del sector está dividida la mayoría cree que sus empresas seguirán con sus políticas de cuidado ambiental (52 por ciento) pero el 46 por ciento cree que algunas empresas “priorizarán desde ahora menos el tema sustentabilidad”. Apenas el 2 por ciento cree que solo pocas empresas seguirán priorizando temas de sustentabilidad.

Pero, al igual que en el caso anterior (sobre inclusión y diversidad) cuando se les pregunta a los expertos del sector que deberían hacer las empresas, el 60 por ciento cree que se deberían “mantener los esfuerzos hacia la sustentabilidad” o incluso el 36 por ciento que se deberían “enfatizar”. Apenas el 2 por ciento sostiene que lo mejor sería “abandonar los esfuerzos hacia la sustentabilidad”.

Pero hay más dudas a la hora de preguntar si las empresas mantendrán sus esfuerzos por comunicar sus acciones y políticas de sustentabilidad: para la mitad “es probable” que muchas mantengan sus esfuerzos por la sustentabilidad, pero bajen un cambio a la hora de comunicarlos, entendiendo que desde el gobierno hasta podrían enojarse con alguna empresa que necesite hacer alguna “gestión” ante el gobierno y se muestre, por otro lado, políticamente “correcta”. Un tercio cree que es “poco probable” que las empresas decidan dejar de difundir sus políticas amigables con el medio ambiente.


“Comunicar igual”  fue la recomendación que más se repitió a lo largo de la encuesta.

¿Por qué?  “Comunicar igual o más, ya que la transparencia genera confianza y las políticas de sustentabilidad son cada vez más valoradas por consumidores e inversores”, sostuvo uno de los encuestados.  

“El gobierno es solo un stakeholder, el mercado y los consumidores son otro y mucho más importante y en sus agendas la sustentabilidad continúa siendo central”, explicó otro.

“Las políticas de ESG se asumen para el largo plazo. Con metas concretas que no dependen de coyunturas”, explicó otro encuestado.

Aunque otro encuestado señaló que “partiendo de la idea que la tendencia actual nace de la crítica de BlacRock a los proyectos evaluados, en muchos casos, como poco “eficientes en materia de resultados económicos”, una forma que podrían adquirir es alinear todavía más los esfuerzos en sustentabilidad al core del negocio y contar (hacía adentro y hacia afuera) como es posible crear una economía de valor sin ir en detrimento de las premisas del Acuerdo de París y el Pacto Global. Negocios con ética seguirá en pie”.

Incluso uno de los encuestados recordó que el mundo es más ancho y no termina en Estados Unidos y que muchos mercados lo exigen: “Deben reforzar. Porque si bien no está en la agenda pública de este gobierno, hay todo un camino recorrido y en Europa estos temas son barreras paraarancelarias en muchos casos”.

La comunicación empresaria va a necesitar hacer mucho equilibrio entre los reclamos de sustentabilidad e inclusión de buena parte de la sociedad hacia el mundo empresario-que seguirán existiendo- y la visión “anti-woke” de líderes como Trump y Milei.

¿Seguir comunicando sustentabilidad e inclusión, aunque a Trump y Milei les suene woke?