Unilever, el gigante de alimentos, cuidado personal y artículos de limpieza, es una de las grandes corporaciones siempre cuestionadas por los ambientalistas. Entre sus productos más famosos están sus helados, conocidos en la Argentina por la marca Magnum. Recientemente mostró que las grandes corporaciones tienen que ponerse a pensar en cómo reducir las emisiones de carbono y frenar el peligroso calentamiento global. Dentro de sus web, bajo un programa que denominó Plan de Transición de Unilever para el Clima, afirma que con sus helados, que son líderes en muchas partes del planeta, como la marca Ben & Jerry’s, piensa en reducir emisiones de carbono “subiendo” la temperatura con la que almacena sus helados.
Roy Horne, el jefe de la división Acción Climática del negocio de Helados de la multi anglo-holandesa, explicó que la industria láctea -de la que los helados forman parte- tiene una huella de carbono alta, y que la cadena de frío para mantener helados a los helados es gran generadora de emisiones.
Ayer en Londres desde Unilever informaron que los helados serán una punta de lanza en su política para contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El directivo explicó en el portal de la empresa que los helados se conservan habitualmente a 20 grados bajo cero, y que esa temperatura se debe mantener en las plantas, en los vehículos de transporte y en los puestos de venta.
Y, sí, se le estaría haciendo un favor al futuro del planeta, si en lugar de -18 o -20 grados, los helados se conservan y transportan a -12 grados centígrados o más: “La diferencia en temperatura se puede trasladar a un ahorro de 20 a 30 por ciento de las emisiones de la cadena de frío”, explicó y aclaró que para evitar que el helado se derrita al almacenarlo a mayor temperatura, la empresa está pensando cambiar la receta e incluso bajar la proporción de lácteos en el helado y cambiarla por aceites vegetales.