Volkswagen lanzó una fuerte reestructuración de sus comunicaciones con un anuncio que entró en los libros de historia de la publicidad: a pocas semanas de que Ford anunciara que terminaba su matrimonio de más de medio siglo con WPP, la automotriz alemana comunicó su casamiento con el gigante fundado por Sir Martin Sorrell para Norteamérica. En Europa y Sudamérica, los alemanes siguen con el grupo rival Omnicom.
El anuncio cortó también con la intriga generada por un extenso pitch de consultoras de PR que se extendió a lo largo de casi todo el año.
En una conferencia coordinada desde Wolfsburg con especialistas en comunicación de todo el mundo, los alemanes dieron un paso para separarse definitivamente del escándalo de los escapes tuneados de sus versiones diesel, que le costó varios puestos en los rankings mundiales de reputación de marca.
La apuesta de Volkswagen es a desarrollar lo que denominan “Powerhouses” conformados por sus agencias y consultoras mayores y eliminando cualquier tipo de fragmentación en sus servicios de comunicación a centralizar y simplificar su esquema de comunicación y, sobre todo a llevar a la segunda automotriz del mundo a que en dos años el 50 por ciento de su presupuesto global de comunicación sea digital, “sin aumentar un euro”, aclararon.
En Norteamérica despidió a Omnicom, y WPP asumirá con los alemanes el rol que tuvo con Ford desde la Segunda Guerra Mundial con J Walter Thompson, primero, y luego con el grupo WPP. En el resto del mundo sigue Omnicom (excepto China) generando su propio “Powerhouse”, particularmente en Sudamérica.