Smartmatic en Bélgica: ahora viene la batalla de las PR en Argentina por el voto electrónico

Luego del contundente respaldo electoral al gobierno argentino del presidente Mauricio Macri en las pasadas elecciones de octubre, no quedan dudas de que Cambiemos logrará imponer el voto electrónico en el Congreso, o, como prefiere llamarlo el propio equipo de Macri: “boleta única electrónica”, similar a la que puso en práctica en las anteriores elecciones a alcalde de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que también se probó en provincias como Salta y Chaco, entre otras.

El gobierno intentó el salto al voto electrónico sin éxito el año pasado, teniendo una minoría más acotada que ahora, que salió muy fortalecido, aun sin tener mayoría en el Congreso.

El “número puesto” para la boleta única electrónica es MSA, la empresa que ya fue probada en las citadas elecciones anteriores. Pero intentos de competir por su lugar en las elecciones argentinas de la empresa de origen venezolano (hoy radicada en Londres) Smartmatic no dieron resultado: ninguna duda que el solo hecho de pensar que es la empresa que proveía el voto electrónico para el régimen chavista la descalificaba.

Enter JMR. Se trata de la agencia de PR y Asuntos Públicos liderada por el “ex Sushi” Juan Manuel Romero, como se apodaba en los 90 a los jóvenes de origen radical que llegaron a la administración pública con el gobierno de Fernando De la Rúa. A no confundir con su homónimo asociado a la agencia de PR DS, de Diego Serrano & Asociados.

La meta de JMR es ayudar a difundir que Smartmatic ya no es aquella empresa de tecnología asociada al chavismo y que tiene tecnología y costos aptos para competir con MSA por el voto electrónico en Argentina. De hecho, la iniciativa arrancó justo después de la penosa última elección fraudulenta en Venezuela, donde Smartmatic dio un portazo al régimen de Maduro y salió a los medios del mundo a declarar oficialmente que, como mínimo, Maduro habían inventado un millón de votos inexistentes. Otras fuentes estiman que el invento de votos fue aún mayor. Al haberse despagado tan sonoramente del régimen de Maduro, a Smartmatic se le abren puertas en países democráticos que estén pensando en el voto electrónico.

El country manager de Smartmatic en Argentina que ahora se entusiasma con la posibilidad de conseguir la boleta única electrónica luego de la reforma electoral que propone Cambiemos es Andrés Rombolá, un ex IBM, que hoy está a cargo de Smartmatic Cono Sur. Rombolá, con la ayuda de Romero, recibe regularmente a periodistas y políticos influyentes para transmitir el mensaje de Smartmatic, que asegura que su sistema es más confiable que el de MSA y tecnológicamente superior y que, a diferencia de lo que usó Venezuela –voto electrónico puro, duro y directo- está en perfectas condiciones de ofrecer un sistema de boleta única electrónica similar al de su rival MSA. El actual, conocido en Argentina, no envía directamente el voto a computar, sino que imprime antes una boleta y graba un chip. El votante puede ver la boleta impresa con su elección y depositarla en la urna, y el chip ayuda luego a las autoridades de mesa a leer la información para un recuento mucho más veloz y preciso.

Los problemas de demoras –habituales- en el recuento provisorio de la reciente PASO de agosto en la provincia de Buenos Aires le dieron un nuevo impulso al argumento del gobierno de que el sistema electrónico es imperioso: ayuda a eliminar la trampa más clásica del sistema argentino: el robo de boletas y es más veloz. Aunque el fraude se evitaría también con el tradicional sistema de boleta única de papel, con el que vota el 90 por ciento de las democracias hoy en día, incluso en países muy avanzados tecnológicamente.

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