Una encuesta al sector muestra la diferencia entre lo que quisieran los profesionales y lo que creen que harán las empresas en materia de inclusión y diversidad ante la “ola anti woke”

 

¿Sabías que ahora en Estados Unidos, si pescan a las grandes corporaciones de ese país practicando políticas de inclusión y diversidad de género o hacia minorías discriminadas serán demandadas ante la justicia por el gobierno?

Si no lo sabías, estás entre la mitad de los profesionales de comunicación, asuntos públicos y encuestadores y consultores políticos que contestaron una nueva encuesta de este servicio y que no tenían idea. Aquí más detalles en los que se lee cómo la procuradora del gobierno de Washington perseguiría a los “violadores” de ese decreto de Donald Trump que criminaliza las prácticas DEI (Diversity, Equality, Inclusion), que se convirtieron en “parte del paisaje” de las grandes corporaciones en prácticamente todo el mundo.

Un ejemplo: si el departamento de Recursos Humanos de una gran corporación toma a una persona trans, debe estar en condiciones de explicar que lo hace porque supera en capacidad para esa posición a otros candidatos “normales”, de lo contrario estaría cometiendo un delito (criminal offense).

Ya antes de la llegada al poder de Trump, la Corte Suprema de Washington había fallado en 2023 que la “discriminación positiva” de minorías en la admisión a universidades es ilegal, porque sería otra forma de discriminación. 

Desde entonces, algunas grandes corporaciones habían empezado a desmantelar sus políticas DEI: entre ellas Walmart, McDonald’s, Meta o Ford. Pero muchas otras se empezaron a sumar a raíz del decreto que firmó Trump que extiende ese fallo a la administración pública y toda entidad privada considerando que aplicar el estándar DEI sería una “ofensa criminal”.

Suena fuerte, pero es así.

Y como las prácticas corporativas de las grandes empresas norteamericanas suelen replicarse en el resto del mundo, cabe la pregunta: ¿se está debatiendo ese tema en las empresas argentinas? No se debate aún, por lo menos para el 60 por ciento de los profesionales en el sondeo de este servicio a un panel en el que participaron 78 expertos que se dividen entre una mitad de consultores de PR, comunicación y lobbying, un cuarto de expertos en comunicación, asuntos públicos y sustentabilidad de empresas y otro cuarto, de otro tipo de profesionales vinculados a la comunicación. Apenas el 30 por ciento contestó que se está debatiendo el tema.




No solo no se está debatiendo abiertamente en empresas de capitales estadounidenses, cuyas casas matrices se vieron forzadas a abdicar de sus políticas DEI, sino que en muchas corporaciones de capitales europeos directamente prefieren por ahora saltearse la cuestión.

Preguntados sobre qué postura tomarán en las empresas con las prácticas de diversidad e inclusión y cuidado del medio ambiente, el panel se dividió en cuartos: los que creen que no cambiará nada en la Argentina, los que opinan que “se adaptarán a los nuevos tiempos y abandonarán algunas políticas de diversidad y medio ambiente, los que creen que eso pasará solo en casos excepcionales y los que creen que “es demasiado temprano para saber”: todo es reciente, y las políticas de inclusión, diversidad y ambientales vienen evolucionando desde hace muchos años como para cambiar por el período de Trump de cuatro años sin reelección posible.


Y si bien Javier Milei se esfuerza por acercarse a Trump, la realidad es que el nuevo presidente republicano se volvió un socio poco confiable, desde que está descerrajando una guerra comercial y de proteccionismo en todo el mundo, sin discriminar amigos de enemigos. Habrá que ver cuán influyente será la cruzada “antiwoke” del norteamericano, y si Milei querrá incorporar a su “batalla cultural” la prohibición a las empresas en la Argentina de políticas de diversidad o elegirá en esta ser más bien “libertario” y dejar que cada organización haga lo que mejor le parezca.

Puestos a evaluar con una nota del 1 al 5 para elegir entre los extremos cuál es la mejor posición, siendo 1 la más antiwoke, como el caso de Meta, que directamente anunció que eliminará los chequeadores y -además de ahorrarse miles de millones de dólares- dejará sus redes sociales al libre albedrío: cualquiera puede sostener cualquier fake news o propalar cualquier discurso de odio o bullying. La más alta es la nota de Natura Cosméticos, que publicó un aviso en diarios anunciando que seguirá sosteniendo su postura de que la Humanidad debe hacer algo para mitigar el cambio climático con un texto que desafía las posturas anti ESG de Trump que estaría eventualmente calcando Milei: está debatiendo internamente si imitar a Trump y retirar a la Argentina de los acuerdos de Paris, acompañando no solo a Trump, sino a otros “parias” mundiales como Irán.

No varió mucho la “nota” que pusieron los profesionales: 3 para lo que creen que harán las empresas -entre los extremos de Meta (1) y Natura (5)- y 3,3 para lo que les gustaría hacer: todo término medio, nadie se juega por los extremos.

Noticia en desarrollo: por lo pronto queda claro que muchos en el sector preferirían “seguir insistiendo con sus políticas de diversidad e inclusión”: el 41 por ciento opinió así, aunque el 30 por ciento apostó por “bajarles el perfil, no sea cosa que el gobierno se enoje”. Apenas el 17 por ciento prefiere “eliminar claramente las políticas DEI y ESG para estar más a tono con los tiempos”


El sector está dividido en ese sentido, pero está claro que si fuera por la mayoría de los profesionales del sector, que trabajaron años en mejorar la imagen de las empresas y el sistema capitalista ante años de kirchnerismo con un discurso anti empresario y estatista, el súbito arranque “antiwoke” de los gobiernos de Estados Unidos y la “batalla cultural” de Milei en la Argentina son más una “moda pasajera”. 

De todos modos, más de uno sugiere seguir adelante, pero con “prudencia y bajo perfil”, no sea cosa que alguien en el gobierno con mucho “celo antiwoke” se enoje si en una empresa contratan a una persona trans, gay, de color o con alguna discapacidad sin justificarlo “técnicamente”. ¿Habrá marcas participando en marchas del orgullo gay, este año como lo hicieron en el pasado Gillette o L’Oreal? Ya desde el fallo del supremo en Estados Unidos empezó el debate en todo el mundo, y ahora Trump y Milei lo aceleran.

L’Oreal con sus marcas en la gay pride parade en USA en otros tiempos: ¿lo podría volver a hacer hoy o le tirarán con la batalla cultural en contra?