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Trago amargo: Leporati (foto) probando el agua para las cámaras. Cuando la comunicación empieza tarde, los políticos aprovechan

El arranque del gobierno de Néstor Kirchner estuvo signado por una estrategia de comunicación populista que consistía en enfervorizar a la opinión pública sumando toda causa popular fácil que estuviera a mano con enemigos débiles: los empresarios, los medios críticos, los “grupos concentrados” (que no sabemos bien quienes eran), el campo y los militares que violaron derechos humanos en los 70. Esos fueron los más notorios. Pero cuando en 2004 el entonces gobernador peronista de Entre Ríos, Jorge Busti, vio frustrado su intento de atraer a la papelera finlandesa Botnia (hoy UPM) a la provincia –que eligió la costa uruguaya por ser más bajos los “peajes” que habrían pedido los funcionarios del país vecino- encabezó una hipócrita cruzada “ecologista” contra las mismas pasteras que había querido atraer. No tenía fundamentos ni pruebas científicas, pero no faltó el apoyo inicial de Greenpeace y otras organizaciones ambientalistas de la ciudad de Gualeguaychú y a las que el gobierno nacional de Kirchner se le sumó irresponsablemente.[/membership]

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