Por Diego Dillenberger.-
El Papa Francisco sorprendió al mundo semanas atrás expresando con notable humildad sus disculpas y admitiendo que puede haberse equivocado en los dos temas que estaban afectando su imagen en buena parte del mundo. La revista Imagen buscó indagar qué opinan los profesionales de comunicación y relaciones públicas de la Argentina sobre el resultado que pueda tener sobre la imagen y la aceptación del Papa Francisco, que se había convertido en una figura política metida en el medio de la “grieta” entre el oficialismo y la oposición kirchnerista.
En muchos países, la imagen del Papa había sufrido a causa de la publicación de casos de curas pedófilos y críticas hacia el Sumo Pontífice por falta de acción.
La primera disculpa del Papa fue hacia sus compatriotas, los argentinos que pueden haberse sentido ofendidos por una serie de gestos políticos de los últimos años que fueron interpretados como sesgados hacia el kirchnerismo y hostiles hacia el gobierno de Cambiemos o algunos de sus partidarios.
El 17 de marzo la Iglesia publicó una carta en la que el Papa respondía a una misiva ampliamente multipartidaria de salutación de líderes políticos argentinos por los 5 años de su papado afirmando que “a los que puedan sentirse ofendidos por algunos de mis gestos, les pido perdón”. De por sí la carta, firmada por oficialistas y acérrimos opositores, fue un hecho político en sí destacable en un país de gran mezquindad política.
Ese pedido de disculpas fue interpretado como la admisión del Santo Padre de que no cayó bien su persistente negativa a visitar su país desde que fue electo Papa, así como una serie de gestos de frialdad hacia el gobierno de Mauricio Macri y abundantes señales de apoyo hacia políticos kirchneristas y líderes piqueteros opositores, algunos con currículum controvertido o directamente reñido con la ley.
Días más tarde, el Papa Francisco pidió perdón nuevamente y reconoció “graves equivocaciones de valoración” en el caso del obispo chileno Juan Barros, acusado de encubrir abusos sexuales en ese país. Estas disculpas tuvieron fuerte impacto mundial, dado que la controversia por el respaldo papal a Barros había empañado su reciente visita a Chile, y la polémica defensa de Barros por parte del Papa tuvo amplia repercusión mundial, dado que la Iglesia enfrenta en muchas partes del mundo denuncias contra curas pedófilos.
También fue apreciable y bien recibido cierto cambio de discurso del Papa en las últimas semanas hacia el régimen de Nicolás Maduro, en Venezuela, luego de que desde círculos políticos se lo señalara por haber ayudado al dictador caribeño a ganar tiempo y así prolongar la grave crisis humanitaria en la que sumió a su país.
Todas estas disculpas se dan en momentos en que se conoció una encuesta de la Universidad de San Andrés que indicaba que el Papa argentino ya no era el dirigente más valorado en su propio país. La encuesta, publicada por el diario Clarín, estaba indicando que la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal había tomado la punta en imagen. Cabe destacar que al inicio de su papado, el Papa Bergoglio había llegado a tener más de 80 por ciento de imagen positiva en su país.
Sin plantear que la contemporaneidad de la encuesta y las disculpas tengan un vínculo directo, la revista Imagen intentó sondear si los profesionales de comunicación de la Argentina consideraban que los pedidos de disculpa y admisión de error del Papa eran genuinos, eran un producto de los sondeos negativos, o si en su admisión de error había algo de ambas cosas.
En la encuesta, a la que respondieron efectivamente 61 profesionales, los RRPP se dividieron: el 46 por ciento considera que las admisiones de error del Papa son genuinas, mientras que el 49 por ciento cree que o son “producto de los resultados de las encuestas de imagen (20 por ciento) o que hay un poco de cada motivo (29 por ciento) en su pedido de disculpas. El 5 por ciento dijo no saber o no querer contestar.
Tampoco hubo una tendencia firme en la pregunta clave y menos especulativa de si “cree que las admisiones de error mejorarán la percepción” que se tiene del Papa en la Argentina.
Los profesionales que respondieron a la encuesta se dividieron en tercios más o menos desiguales: el 36 por ciento cree que “tal vez” sus disculpas mejoren su imagen en Argentina, el 34 por ciento cree que sus disculpas sí mejorarán su imagen, mientras que el restante 30 por ciento cree directamente que no podrán mejorar su imagen.
En el apartado que incluía el sondeo en el que los encuestados podían expresar su opinión, se refleja la división de opinión. Algunos ejemplos:
* “Que ha perdido una oportunidad única de acercar la Iglesia a la gente”
* “Reduce la percepción de soberbia”
* “El Papa debería evitar tomar posición hasta contar con todos los elementos”
* “Le mintieron en la cara a Francisco, cuatro veces. Pero él siguió indagando y cuando descubrió la cuestión se hizo cargo”
* “Poco y tarde”
* “El Papa es un ente político. Y como tal responde a políticas del momento. De todas maneras este Papa es lo más parecido a lo que la verdadera Iglesia debería ser”
* “Un buen Papa. Un gran político”
* “Admitir errores genera buena imagen, lo acerca a la gente”
* “Me parece que es genuino todo lo que hace el Papa”
* “Considero que Bergoglio es un estratega y gran político. Claramente sabe lo que hace. No me parece un improvisado.”