Por Diego Dillenberger
Es EL fenómeno político de las últimas dos décadas: el economista liberal Javier Milei pasó de la nada a más de 20 por ciento en intención de voto de cara a las presidenciales argentinas del año próximo. El ahora diputado despeinado que instaló exitosamente ideas liberales en buena parte del electorado argentino y atrajo muchas voluntades con su iracundia contra “la casta política” tiene chances de lconvertirse en presidente si capitaliza la decepción de los argentinos con su dirigencia política… pero a la vez logra evitar sumergirse en pantanos que afectan su imagen ante las mayorías que precisa para sumar.
¿Pero puede crecer más allá y aspirar seriamente a llegar a un ballotage con alguna de las dos fuerzas políticas tradicionales en pugna al paso en que el economista liberal vaya cometiendo errores?
Milei está buscando agencia de PR, según confirman fuentes cercanas al “libertario”.
Y para los expertos en comunicación y PR del mercado argentino, Milei y su La Libertad Avanza necesitan urgente asesoramiento si aspiran a tener verdaderas chances de llegar a la presidencia en 2023. Los diversos descarrilamientos de su discurso de las últimas semanas lo están demostrando: demandó a periodistas de diversa orientación por sentir afectado su honor; en medio de la seguidilla de masacres en los Estados Unidos propuso la libre portación de armas para la Argentina; sostuvo que habilitaría un libre mercado de órganos; que cerraría el ministerio de Educación y no tuvo un mensaje claro cuando fue chicaneado por haber utilizado pasajes del Congreso para actos proselitistas.
En América latina, los candidatos “sorpresa” que ganaron elecciones recientemente, como Boric, en Chile, o Castillo, en Perú, aparecieron en el radar de los medios menos de un año antes de las elecciones: quizás por eso tuvieron menos tiempo para cometer errores de comunicación que taparan la buena prensa de la “novedad”.
Si bien esto último es lo más habitual en la “casta política” (usar dinero público para su proselitismo), Milei había sido elogiado por los RR.PP. por los shows que organizaba sorteando su sueldo como legislador nacional.
¿Le falta a Milei un asesor de comunicación? Su única asesora de discurso y medios es su hermana, Karina, a quien llaman “el jefe”, sin expertise en el tema, excepto su fama de tarotista y conocedora de otras ciencias ocultas y, si bien cuenta con Carlos “El Chino” Kikuchi -un experimentado periodista, ex consejero comunicacional del ministro Domingo Cavallo en la era De la Rúa- como armador entre sus pilares, le falta el asesoramiento que le permita pasar a la siguiente fase. Pasar del casillero del “freak político” que lo llevó a sacar el 17 por ciento en la ciudad de Buenos Aires en la última legislativa al de presidenciable que pueda llegar y hasta ganar un ballottage.
La presencia de Milei en redes sociales -particularmente Youtube y Tiktok- es realmente impecable y, muy probablemente, sirva de escuela para políticos tradicionales despreciados por las encuestas que hoy solo saben hacer monerías como preadolescentes. Pero Milei ya comprobó que tiene que cuidar más su participación en los medios tradicionales.
Una nueva encuesta a profesionales de comunicación y PR de la Argentina realizada por este servicio indica que los RR.PP. argentinos consideran un error, que no hubieran recomendado, que demandara judicialmente a periodistas tan diversos como el oficialista Pablo Duggan (C5N) y la crítica Debora Plager (La Nación y Radio Rivadavia) por sentirse “afectado” en su honor: los periodistas tildaron algunas de sus ideas de cercanas al nazismo, y el candidato los demandó por banalización del holocausto.
By the way: Debora Plager es judía y perdió a buena parte de su familia en el holocausto.
El 72 por ciento de los profesionales encuestados (54 de una base de 700) sostienen que, si Milei los consultara como asesores de comunicación no se lo recomendarían, “porque aparece como enemigo de la libertad de prensa y lo malquista con los medios”.
Solo el 17 por ciento cree que fue una medida correcta, porque “representa la bronca de sus seguidores contra el periodismo”.
Pero en la “nube de palabras” de los encuestados el calificativo que sobresale es “pésimo”: “Pésima idea, pésima medida, una locura, inútil, una boludez, siempre es mejor el diálogo.. Grave error que lo emparenta con el kirchnerismo, nunca es oportuno confrontar con los medios”, sostuvieron los encuestados.
“Un libertario contra la libertad de prensa es la peor decisión que pudo haber tomado porque impacta sobre su declamada esencia”, sostuvo otro encuestado.
También es mayoritario el rechazo de los profesionales de PR a uno de sus recientes descarrilamientos discursivos, cuando al día siguiente de la masacre de Uvalde, Texas, en la que un loco mató a 20 niños, propuso para la Argentina la libre portación de armas, como rige en Estados Unidos. Cabe aclarar que ese país es el único de los desarrollados y económicamente prósperos que permite comprar y usar casi todo tipo de armas libremente, y el resultado de semejante locura está a la vista con masacres cada vez más frecuentes.
El 60 por ciento de los RR.PP. opinó que la postura de Milei “afecta su imagen a la luz de las masacres en Estados Unidos”. Solo el 17 por ciento dice que la aprueba “porque para muchos de sus votantes puede ser positiva ante el trasfondo de la crisis de criminalidad que azota a la Argentina”. Otro 18 por ciento cree que será neutra, porque sus votantes están muy preocupados por la ola de inseguridad.
La síntesis de la mayoría de los encuestados: la inseguridad es un tema grave que requiere propuestas serias, pero la idea de libre portación de armas solo le sirve a una parte de su núcleo duro de votantes y le espanta electores más moderados.
Por lo pronto los despistes discursivos de las últimas semanas se están sintiendo en su imagen, aunque se mantiene inalterable su alta intención de voto de 20 por ciento, según la última encuesta nacional de Zuban Córdoba. El economista libertario venía con un saldo positivo de imagen que lo ubicaba al tope de la tabla de los políticos argentinos con un envidiable 48 a 40 a favor, y ahora pasó a 41 contra 51 negativo.
De todos modos, Milei sigue teniendo un potencial enorme que lo podría proyectar a estar en el seguro ballotage del año próximo: en la encuesta nacional de Zuban gana la opción de que “prefiero que gobierne un partido diferente al peronismo o la actual oposición de Juntos por el Cambio”. Es un dato que -si realmente pretende ser presidente- debería alentarlo a ampliar su base electoral y no encerrarse en el purismo.
Es más: la encuesta de Zuban Córdoba también revela que el 59 por ciento espera que el próximo gobierno imponga políticas de reformas “de shock”, que sería todo lo contrario al “gradualismo” inconducente que puso en práctica el anterior gobierno de Mauricio Macri y solo consiguió el regreso del kirchnerismo.
El cambio radical que se produjo en la opinión pública argentina le deja a Milei la mesa servida. De hecho es casi como que él mismo hubiera tendido el mantel y colocado los cubiertos. Pero para poder “sentarse a comer” deberá contar con más equipos y -fundamentalmente- apurarse en conseguir esa agencia de PR que lo ayude en su relación con los medios y a tener un discurso menos conflictivo.
El problema que tiene el candidato es que, según dicen cerca del economista, se sintió obligado a oficializar su candidatura demasiado prematuramente cuando, a principios de año, la política argentina se sorprendió con una ruptura del Frente de Todos gobernante que lucía terminal. Más de un analista pensaba que esa guerra interna del oficialismo iba a llevar inexorablemente a elecciones anticipadas, aunque hoy el consenso de los expertos que leen las hojas de té de la política es que el gobierno llegaría a 2023, aunque en una lenta y constante agonía.
En América latina, los candidatos “sorpresa” que ganaron elecciones recientemente, como Boric, en Chile, o Castillo, en Perú, aparecieron en el radar de los medios menos de un año antes de las elecciones: quizás por eso tuvieron menos tiempo para cometer errores de comunicación que taparan la buena prensa de la “novedad”.
“Faltando más de un año, los empresarios no abren la billetera, y una agencia de PR hoy requiere de fondos difíciles de conseguir”, asegura una fuente cercana a Milei, que admite que las consultoras de PR más grandes y con experiencia en candidatos a nivel nacional ya están “ocupadas”.
La necesidad es muy urgente, porque de su buena imagen -y no solamente de las cartas del tarot de su hermana- dependerá con qué aliados pueda armar una gran coalición en todo el país para convertir esa intención de voto en realidad. Por ahora no consigue los nombres fuertes, y algunos potenciales aliados provinciales, como el tucumano Ricardo Bussi, no le sumaron a la reputación del libertario.
¿Oportunidad para una agencia “second tier” con aspiraciones de hacer historia?