Cineasta Stahlberg: solo falta que se copie Pino Solanas… |
El cineasta alemán Jan Henrik Stahlberg logró dos objetivos la semana pasada: conseguir mucha prensa gratis para su nuevo film Short Cut To Hollywood y además demostrar que, con una buena teatralización, se puede engañar a los medios más reputados. La semana pasada, el director de cine puso en práctica un engaño en el que cayó ingenuamente la DPA, la agencia de noticias semiestatal alemana, una de las más poderosas del mundo.
El engaño incluyó toda una serie de falsas páginas web que se autorreferenciaban generando la sensación de total legitimidad. De esa forma se inventó un sangriento atentado terrorista árabe en la inexistente ciudad norteamericana de Bluewater, California. La web falsa de la falsa ciudad de Bluewater incluía teléfonos de voceros de la policía y bomberos que eran debidamente atendidos por cómplices del cineasta y confirmaba el hecho.
La agencia DPA, leída y reproducida por miles de medios en Alemania y todo el mundo, lanzó a los pocos minutos un cable con el capitular de “EE.UU./Terrorismo”, que no fue publicado en diarios, pero sí leído en diversas radios y canales de TV hasta que, 28 minutos más tarde, la agencia debió rectificarse y aclarar que el ataque era ficticio y que nunca había existido.
El director calificó luego el fraude como “un intento de relaciones públicas muy cercano a nuestro filme”, que trata de “tres completos inútiles” de Berlín que se quieren hacer famosos en Estados Unidos prometiendo a los medios de comunicación un atentado suicida. “Yo quería ver si algo así podía ocurrir en la realidad”, explicó, y le abrió un peligroso camino a imitadores que puedan perseguir fines menos ofensivos con su chasco de prensa.
De acuerdo con la historia fabricada, una canal de nombre “vpk-tv” informaba de un atentado en el centro de Bluewater. Una hora más tarde la emisora afirmaba que no se trataba de hombres “de origen árabe” como se había señalado, sino de tres raperos alemanes llamados Berlin Boys (los mismos que protagonizan la cinta) y que todo había sido una broma de mal gusto.
Un supuesto becario del canal de televisión alertó del “ataque” a DPA, que informó del hecho tras entrar en la web de la ciudad y llamar a los números de policía que aparecían allí.
Solo una cuidadosa inspección de los dominios, algo que cualquiera puede hacer en minutos, pero que normalmente no hace, podría haber demostrado que tanto el site de Bluewater como del canal de TV falso habían sido registrados por la misma persona en el mismo día, semanas atrás.
La propia agencia DPA, que admitió el haberse “comido” el engaño, entrevistó luego al cineasta y recordó que no se trataba de la primera vez que medios son engañados en ese país.
La propia Greenpeace lo había hecho poco tiempo atrás al repartir durante una cumbre de la Unión Europea en Bruselas falsos ejemplares del diario International Herald Tribune informando sobre un “compromiso histórico para proteger a la Tierra del cambio climático”. Pero en ese caso el falso diario tenía una fecha medio año adelantada. Con la misma temática del cambio climático, la organización ambientalista radical Network Attac lanzó una edición falsa del prestigioso semanario Die Zeit con contenidos utópicos y fecha anticipada.
En Estados Unidos, el 12 de noviembre del 2008, la organización globalifóbica The Yes Men lanzó una edición falsa del The New York Times durante una conferencia de la Organización Mundial de Comercio en la que se proclamaba el fin de la guerra de Irak e informaba que la justicia estaba investigando al entonces presidente George Bush.
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