Por Diego Dillenberger.-
Casi sin proponérselo, el 45. Coloquio de IDEA en Mar del Plata, terminó convirtiéndose en una actividad más crítica al gobierno argentino que lo planeado y es habitual en esas cumbres empresarias organizadas desde que reina el kirchnerismo con sumo cuidado diplomático para no enojar a las autoridades con críticas o planteos. Sin embargo, el propio peso de la realidad convirtió a esta edición del Coloquio en un acto crítico.
Por lo pronto el panel que más expectativas concitó fue la disertación del ex presidente peronista Eduardo Duhalde con el radical Rodolfo Terragno y su plan compartido de organizar una suerte de gran Pacto de la Moncloa, aunque más no sea entre políticos de la oposición a falta de diálogo por parte del gobierno.
La sola presencia de estos lideres opositores fue un mensaje crítico al gobierno, que contestó manteniendo la tradición de los últimos cinco coloquios: no enviando a ningún funcionario relevante. La viceministra de Trabajo, Noemí Rial, una profesional respetada en el mundo empresario, canceló su participación en un panel a último momento.
El viernes por la tarde incluso se convirtió en una suerte de festival opositor, con un panel de cierre que incluye a tres diputados estrella de la oposición: el radical Oscar Aguad, el coalicionista Adrián Pérez y Federico Pinedo, de PRO. La ausencia del oficialismo es otro mensaje confrontativo del gobierno. Pero la novedad es que las autoridades del Coloquio decidieran seguir adelante con los opositores que aceptaron la invitación.
Las únicas presencias vinculadas al oficialismo fue la salutación inicial y meramente protocolar del gobernador bonaerense, Daniel Scioli.
El tono crítico hacia el gobierno tuvo su previsible climax durante la exposición conjunta del presidente de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez, y el combativo presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcatti. Cuando el líder agrario dijo “el gobierno no es solo enemigo del campo, sino de todos los empresarios, ya que busca quedarse con todo y para siempre”, la platea estalló en aplausos. Y eso que el moderador de la charla, Guillermo “Willy” Kohan había avisado previamente que, a pedido de las autoridades del Colquio, lo mejor era no referirse directamente a este gobierno, sino hacerlo en los pasillos “porque igual ahí afuera están esperando los periodistas”.
De todos modos, el gobierno pudo anotarse en ese panel uno de sus principales logros para el Coloquio: el tercer invitado era el presidente de la asociación de bancos ABA, Jorge Brito, que pegó el faltazo avisando un par de días antes.
La compensación vino por la sorpresa de que uno de los más conspicuos empresarios kirchneristas, Cristóbal López, se hizo presente en Mar del Plata, aunque más no sea para asegurar que los empresarios se quejan menos de lo que afirman los medios.
Lo más notable es que, a pesar de que los mensajes de los empresarios no encuentran oídos en el gobierno y de que más de un empresario considera los coloquios demasiado tibios para su gusto, los organizadores del Coloquio contabilizaron un nuevo récord en asistentes y auspiciantes.
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