Di Caprio es un activista por el medio ambiente. Lo cierto es que ha habido en la industria automotriz de Estados Unidos escándalos tan o más graves que el de la marca alemana. El ejemplo más paradigmático es el del Ford Pinto, en los 70, que estallaba a sabiendas de la empresa y no hacía nada por resolver el problema, causando víctimas fatales. Tampoco se filmó el caso del Chevrolet Corvair, que en los 60 provocó muchos accidentes y sobre el cual se publicó un libro enumerando sus fallas. Ninguno de los dos casos llegó a Hollywood, lo que demuestra que la vara de la industria norteamericana es variable.

Por otra parte, una auditoría interna en Volkswagen del escándalo de manipulación de emisiones, que se vendría practicando desde hace años, no se estaría restringiendo a una pequeña camarilla de gerentes, como inicialmente describió la empresa, sino que las responsabilidades alcanzarían a probablemente unos 30 altos ejecutivos, según la revista Der Spiegel, luego desmentidas por la empresa.