Diego Dillenberger

Por Diego Dillenberger

El 4 de febrero marcó un hito para Colombia y su guerra contra las brutales FARC. Fue también un cachetazo mundial contra el mandamás venezolano Hugo Chávez, que propone que sean considerados un ejército común y silvestre los terroristas colombianos que secuestran inocentes y matan para hacerse con el poder en el estado democrático de Colombia.

En todo el mundo, en 185 ciudades, millones salieron a las calles para pedirles a las FARC que dejen de secuestrar y violar los derechos humanos.

Los analistas remarcaron al pasar, que la convocatoria la hicieron cuatro jóvenes colombianos a través de la red social de Faceboook, especializada en relaciones profesionales y amistosas. Algunos fueron más allá y resaltaron el poder de Internet para convocar. Sin duda, impresionante. Recordemos: cuatro colombianos usuarios de Faceboook lanzaron una consigna en esa red: “Un millón de voces contra las FARC”. Consiguieron un par de cientos de miles de adherentes “virtuales” de Faceboook primero, y luego sacaron millones a las calles de las principales ciudades del mundo a partir de la convocatoria virtual.

Yo me enteré del llamado a través de una conocida venezolana, Carmen Beatriz Fernández, consultora de marketing político y usuaria de Faceboook, como yo. Carmen Beatriz contribuyó a movilizar en Venezuela la marcha anti-FARC, que fue claramente una protesta contra Chávez, el principal sponsor en el exterior de la banda narco-terrorista colombiana. Ese día Chávez también “festeja” públicamente su intento fallido de golpe de estado o “putsch” de 1992, así que la convocatoria tenía en Venezuela un doble propósito.

Sin embargo, podemos ir más allá de elogiar a Faceboook y su poder de convocatoria o a Internet como red que une al mundo y acelera la comunicación a una velocidad inimaginable. Después de todo, el presidente francés Sarkozy también tuvo un papel importante en instalar el tema Ingrid Betancourt en la agenda mundial y también merece mérito.

La clave para los profesionales de la comunicación es entender que desde el 4 de febrero quedó en claro que redes sociales como Faceboook, myspace, Linkedln y otras muchas que están apareciendo y aparecerán se convertirán en enormes oportunidades y amenazas para sus corporaciones, marcas, personalidades, partidos políticos o gobiernos. Además, el efecto contagio o imitación del éxito de Faceboook para convocar una de las mayores manifestaciones globales de la historia va a atraer tanto a desarrolladores de nuevas redes sociales como a potenciales miembros a sumarse a alguna de ellas.

Tanto para comunicadores empresarios como políticos, la demostración de poder de convocatoria de Faceboook, que en pocas semanas puso a millones de personas en la calle en los cinco continentes a una determinada hora para protestar por una causa justa, es un hito en la profesión. Actualmente muchos gobiernos y partidos políticos ya deben estar pensando qué puede pasar si las protestas sociales (a favor o en contra) pueden movilizarse como la del 4 de febrero: cuatro amigos colombianos que decidieron crear una consigna movieron al mundo desde las pantallas de sus PC: para los profesionales de las PR es un antes y un después.