Que la acusación benefició a De Narváez, no genera dudas. ¿Pero la supo aprovechar bien?

Por Eduardo Zukernik.-

En plena cuenta regresiva hacia las elecciones legislativas del próximo 28 de junio en Argentina, una polémica maniobra judicial contra el candidato peronista opositor Francisco De Narváez que habría urdido el oficialismo no logró sentar en el banquillo de los acusados al retador del ex presidente Kirchner, sino que terminó llevándole intención de voto victimizándolo.

Para agregarle más errores, el propio Kirchner usó la TV durante un acto partidario para exigirle públicamente a su retador que se presentara a la justicia y que sea “valiente” y renuncie a sus fueros, actitud que terminó potenciando el efecto victimización de De Narváez. Encuestas inmediatamente posteriores mostraron un claro repunte en la intención de voto de Unión Pro y un estancamiento del oficialismo, que estaba sobrepasando al peronismo opositor. Solo entonces cesaron los acosos judiciales contra el candidato retador.

No obstante, en un grupo de debate sobre crisis management varios expertos de esta disciplina de la comunicación se preguntaron si el retador peronista disidente podría haber sacado mucho mayor provecho del error estratégico del oficialismo presentándose ante un enjambre de cámaras de TV frente al juzgado del polémico juez Faggionato Márquez para gritar su inocencia y complicar en la causa al propio gobierno, aun a riesgo de ser detenido por la policía.

Una encuesta desarrollada dentro del grupo de Comunicación de Crisis de la red social profesional LinkedIn indica que los expertos que ahí debaten creen que De Narváez fue beneficiado por las sospechas que generó la citación del polémico juez, con 38 pedidos de juicio político en su contra en el Consejo de la Magistratura.
Pero la cuestión de fondo del debate fue considerar si la decisión de no acudir a la cita judicial por parte del candidato de UniónPRO, que es diputado y puede ampararse en sus fueros para no acudir, lo favoreció o si podría haber ganado más en imagen presentándose espontáneamente pese a sus fueros.

Daniel Valli, socio y CEO de la consultora Mora y Araujo Grupo de Comunicación y fundador del foro de Linkedin, consideró que De Narváez se hubiera favorecido de haber aceptado comparecer ante el cuestionado juez de Zárate/Campana y comenzó reforzando su convicción al señalar que “si sos inocente, es un buen momento para declararlo frente a todas las cámaras, generaría una sensación de “valiente” frente a la adversidad”.

Valli apuesta a que los resultados, extrajudiciales claro está, hubieran sumado apoyos para el bunker del “colorado”. “Seguramente -apuntó convencido- ganaría 3 o 4 días de gran difusión para llegar al público que aún no pudo escuchar su mensaje o no lo conoce y “hasta hubiese generado un nuevo eje en su campaña: Basta de corrupción, basta de jueces alineados con el poder, se necesita un cambio”.

En la línea del jiu jitsú, aquella máxima que, según la disciplina oriental, consiste en saber utilizar en provecho propio la fuerza del adversario, Valli destaca que la jugada contra el candidato que desvela al kirchnerismo en la crucial provincia de Buenos Aires podría resultar un bumeran porque “en una campaña sin propuestas, hubiese transformado la citación en un relanzamiento de campaña”.

Valli resalta que “todo lo bueno que podía generar su estigmatización parece que se logró y aún no logró superar al oficialismo -por lo menos en la mayoría de las encuestas” Para el especialista en comunicación de crisis “Debió, ponerse al frente del tema para lograr la adhesión de aquellos que aún lo ven “soft” porque en toda campaña, la clave no es lograr la adhesión de los que van a votarnos sí o sí, sino convencer a los que no nos votarían”.

Por el contrario, Luis Cagliari, CEO de Ogilvy PR y experto en manejo de crisis políticas, sostiene que no era conveniente una sobreactuación de De Narváez y retruca que “como antecedente grave en esta causa penal, recuerdo que uno de los empresarios asesinados en General Rodriguez había realizado aportes a la campaña presidencial de Cristina, y el Juez no investigo nada al respecto. Agrega que “la supuesta llamada de un celular de un empleado rural a Segovia se realizó en 2006, mucho antes de que se iniciara esta investigación”.

Según el experto, desde el primer momento la actitud de De Narváez fue presentarse en forma inmediata para aclarar una situación que puede afectar seriamente su imagen ante el electorado. “A pesar de la presentación espontánea del candidato, el juez decide citarlo a declaración indagatoria, figura que supone que lo hace en calidad de imputado en la causa. Es indudable que un juez que tiene 38 pedidos de juicio político en el Consejo de la Magistratura que esta manejado en forma arbitraria y discrecional por los diputados oficialistas Carlos Kunkel y Diana Conti, no asegura transparencia y debido proceso. Por lo tanto presentarse en estas condiciones hubiera sido exponerse a decisiones totalmente influidas por las circunstancias políticas”.

Desde fuera del foro, Aldo Leporati de la consultora internacional Porter Novelli, sumó su aporte al debate partiendo de responder, desde el punto de vista de la estrategia comunicacional de De Narváez, si su decisión le sumó o restó a su campaña. “Para mí, De Narváez salió beneficiado” -sostuvo el principal responsable de la comunicación de la empresa Botnia- y planteó que “al quedar como víctima de una maniobra, pasó a ser una figura mediática en un montón de espacios que le generan una llegada más creíble con el votante, mucho más que una campaña publicitaria que le demandaría millones”, redondeó y agregó un dato no menos relevante: “Hasta varios candidatos de la oposición al gobierno, se solidarizaron con el candidato”.

Pero en la posición contraria se ubicó Pablo Pentito, consultor político y uno de los foristas de LinkedIn que se alineó por la negativa a concurrir ante el juez que enfrenta más de 30 pedidos de juicio político, que apuntó que “la decisión de no concurrir fue acertada”. Para Pentito primero se debe considerar que Narváez fue llamado a declarar (en la causa de la efederina) casi en tiempo de descuento, respecto del domingo 28 de junio. En este sentido destacó que “los tiempos judiciales son bastante lentos, lo que generaría una duda en la sociedad es decir, se lo imputaría pasadas las elecciones y le generaría una zona oscura en la clase media (un grupo importante de formación de opinión). Me parece que es la primera vez en que un juez está más cuestionado que el acusado”, remató.

En este sentido el consultor político, especialista en desarrollo local y empleo joven, apoyó la decisión del dirigente “sospechado” señalando “me pareció que la estrategia fue generar el cuestionamiento a una justicia manejada por el oficialismo y restarle imagen de transparencia al ex presidente para capitalizarlo él”.

Para Leporati concurrir al juzgado hubiera sido para el candidato que más amenaza la hegemonía bonaerense del modelo K un viaje poco menos que sin retorno. “Hay que tener en cuenta que quienes lo acusaban, querían juzgarlo en los medios vs. juzgarlo en los tribunales”, asegura y aclara que “querían show, imágenes de De Narváez en Tribunales, empujones, gritos, pancartas, etc. Yo hubiese aconsejado no concurrir en estas condiciones”, redondeó.