Alfredo “corcho” Scoccimarro, ahora dueño absoluto de la comunicación K

Por Diego Dillenberger.-

Los medios describieron que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, mucho más calma que su marido, asumió la derrota electoral el domingo 28 de junio atribuyéndosela en parte a la comunicación de su gobierno. Probablemente el cambio más eficiente en el nuevo gabinete del gobierno de los Kirchner sea la confirmación de Alfredo “corcho” Scoccimarro como máximo vocero del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Que no queden dudas: es otro gesto de que el que manda es Néstor.

El martes a última hora de la tarde, Scoccimarro sorprendió a los periodistas acreditados en la Casa Rosada con la nómina de cambios en el gabinete. A partir de ese momento no quedaba dudas de que el subsecretario de Medios y vocero personal del ex presidente Néstor Kirchner será el hombre de comunicación de esta etapa del gobierno tras la derrota electoral del 28 de junio.

Scoccimarro venía desempeñándose en el cargo desde fines del año pasado y todavía no deja de ser subsecretario, sin embargo a los periodistas les queda claro que su poder va mucho más allá del de su teórico “jefe”, Enrique “Pepe” Albistur, el secretario de Medios y el vocero gubernamental que muy pocas veces habla, Miguel Núñez.

El ex Reuters trae como bagaje la íntima confianza de Néstor Kirchner y ser, de todos los hombres de comunicación del gobierno, el que mejor entiende y conoce a los periodistas.

El mejor ejemplo de que es Scoccimarro quien manda lo da el manejo de la importante pauta publicitaria, antes compartida entre Albistur y el presidente de la agencia oficial TELAM, Martín Granovsky, de quien dependían los pagos. Hoy Scoccimarro decide casi el 100% de ambas puntas.

Por otra parte, los periodistas lo consideran interlocutor válido y, a la vez, Scoccimarro es crítico del mutismo y el exceso de centralismo que caracterizó a la criticada gestión de la comunicación del gobierno. Es probable que los voceros de los ministros tengan mayor juego para relacionarse con los periodistas y no jueguen tanto a las escondidas.

También es muy probable que Albistur, dedicado más al contenido publicitario del gobierno que a la estrategia de comunicación, siga tan firme en su puesto como el polémico secretario de Comercio Guillermo Moreno: su renuncia sería un premio para la editorial Perfil y la revista Noticias. Pero desde la noche del martes queda claro que la comunicación del gobierno ya no depende de él, sino de Scoccimarro.