Brown y McBride en tiempos más felices

 

Los asesores de comunicación del primer ministro inglés, Gordon Brown, buscan desesperadamente modos para mantener el control de la cobertura mediática sobre los escandalosos correos electrónicos de Damian McBride, en los que el asesor del círculo más íntimo de Brown proponía una campaña de calumnias personales contra los diputados conservadores y sus mujeres ante la cercanía de las elecciones.

Con las noticias del comportamiento de McBride en las primeras planas de los diarios británicos, los consejeros superiores de medios de comunicación de Brown trabajan a todo vapor para asegurarse de que ningún otro ministro sea vinculado al caso.

Una alta fuente de Downing Street -la Casa de Gobierno inglesa- dijo: “El Gobierno fue golpeado muy cerca por esto; hubo infinitas teleconferencias y reuniones de crisis, ya que hay gran preocupación porque el foco puede extenderse a otros funcionarios de la gestión de Brown”.

El Partido Conservador ya ha intentado implicar al ministro de la Oficina de Gabinete Tom Watson, quien insistió que no tenía conocimiento de los planes de McBride de difamar a los conservadores.

Mientras tanto, se presume que fuentes cercanas al blogger laborista Derek Draper están investigando cómo salió a la luz el intercambio de correos electrónicos entre McBride y Draper. Una fuente laborista cercana a Draper dijo a PRWeek: “Parece que hubo una jugada sucia”.

Pero Guido Fawkes, el blogger que obtuvo los correos electrónicos, insistió en que fueron obtenidos con lícitos métodos periodísticos.

Mientras tanto, el siguiente movimiento de McBride es incierto. Anteriormente, los lobistas se entusiasmaban con la posibilidad de contratar a alguien vinculado al círculo íntimo de Brown, pero luego de lo ocurrido parece sumamente improbable que alguna agencia intente sumar a sus filas al ex consejero laborista.

El director ejecutivo de Hanover Communications Charles Lewington dijo a PRWeek: “Aborrezco patear a un hombre cuando está caído, pero McBride demostró una clara carencia de juicio y profesionalismo. Temo que su reputación está tan dañada que sólo un largo período construyendo iglesias en Ruanda podría restaurarla”.

Por su parte, el presidente de Asuntos Públicos de Bell Pottinger, Peter Bingle, dijo: “Dudo que alguien quiera emplearlo por un tiempo. Mientras tanto, quizás una incursión en la Casa de Gran Hermano sea una buena idea”.

Finalmente, el presidente regional de Fleishman-Hillard, Kevin Bell, también desdeñó el valor de McBride -y los consejeros laboristas en general- en el mercado. Bell dijo: “Los consejeros laboristas ya no tienen el prestigio que tuvieron alguna vez”.