Con el arranque del año, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y otras oficinas oficiales del gobierno de Washington, junto con empresas del sector financiero y grupos pro consumidores ampliarán sus actividades de PR en medio de la crisis hipotecaria que afecta a ese país y se está extendiendo a los mercados financieros del mundo.
El Tesoro difundirá su plan recientemente anunciado para congelar los intereses sobre las hipotecas llamadas subprime, o de mayor riesgo, que han entrado en mora recientemente a causa del fuerte aumento de las tasas de interés. El gobierno espera así evitar una crisis social por una avalancha de remates judiciales de viviendas.
El principal promotor del plan fue el propio secretario del Tesoro, Henry Paulson, que sostuvo grandes asambleas públicas abiertas en diversas ciudades de diversos estados. Los encuentros fueron actividades de PR facilitadas por la Hope Now Alliance, un grupo que defiende a prestadores de hipotecas y otras empresas financieras que defienden el sistema de crédito hipotecario.

Qorvis Communications es la consultora que está asesorando a diversas entidades afectadas por la crisis. El managing director de la agencia, Stan Collender, dijo que la clave de su trabajo será conseguir apoyo de diversas entidades y el sector financiero para los planes de rescate. Esos planes son resistidos en los Estados Unidos por gente que tomó hipotecas aparentemente más caras, sin tasas variables, y que ahora pueden protestar porque se aplica dinero público a gente que apostó por una opción más riesgosa.
“Ese es el mayor problema, cómo conseguir que la gente hoy no afectada entienda que mañana pueden ellos ser víctimas de la crisis, si no ayudan a pararla ahora”, explicó el consultor de PR. “Los valores de la propiedad ya están bajando, pero se derrumbarán si se producen remates masivos”, explicó y remarcó que algunos otros sectores financieros se oponen a un plan de salvataje.
En la Argentina, tras el derrumbe de la convertibilidad, el gobierno del presidente Eduardo Duhalde no debió enfrentar a “envidiosos” ni críticos del sistema financiero para decretar la automática “pesificación” de las hipotecas que se pagaron a un costo de varios puntos del PBI por toda la población, sobre todo aquellos que nunca accederían a un crédito hipotecario.