El.plan.del.Gobierno.para comprar.0.km.es.confuso

 

Por Eduardo Zukernik.-

La estrategia comunicacional del Gobierno para convencer al público de que el plan para acceder al primer cero kilómetro en cuotas está vivo y en plena evolución puso al desnudo un sinnúmero de contradicciones entre la propuesta oficial, con varias restricciones explicadas por el titular de la Anses (Administración Nacional de la Seguridad Social), Amado Boudou, y los intentos del sector de concesionarios por ampliar sus alcances, tratando de abarcar a un segmento del mercado con mejor poder adquisitivo.

Las idas y vueltas de los anuncios generaron tal nube de incertidumbre que, si alguien se toma la molestia de leer esta semana comentarios de los lectores, tanto en el portal del diario Perfil (www.perfil.com) como en La Nación (www.lanacion.com) tendrá evidencias del escepticismo generado en el público que ironiza sobre el plan comparándolo con otra serie de anuncios oficiales como fueron el ya legendario cuento chino; los créditos hipotecarios para inquilinos o más recientemente, la construcción del faraónico tren bala.

Es que pasó un mes desde el anuncio de la Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, cuando aquel 3 de diciembre anunció un “plan de contingencia anticrisis”, en un paquete de medidas que sumó más de 4000 millones de dólares y señaló que “se incentivará la adquisición de autos cero kilómetros, para estimular la producción, y habrá otros 650 millones de pesos en créditos para camiones y vehículos utilitarios”.

Así, al llegar el primero día hábil del 2009, cuando mucha gente había pasado por las concesionarias y se había ido con las manos vacías, porque mayormente los empleados les contestaban que sólo sabían lo publicado en los diarios, la desconfianza volvió a ser protagonista y así surgió una rápida ofensiva oficial en los noticieros de la TV.

Casi simultáneamente desfilaron por todos los espacios de noticias, Amado Boudou de la ANSSES, el vicepresidente de ACARA (Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina) Alejandro Saubidet y el concesionario de VW Guillermo Dietrich, buscando convencer al público descreído sobre la venta de autos en cuotas, después de pagar un 20% al contado o en un plan de ahorro previo de 12 meses El inconveniente fue que en la voz del funcionario oficial se escuchaban restricciones para calificar y poder acceder al plan, mientras que los representantes de la industria automotriz flexibilizaban los requisitos. El dilema shakespereano entonces fue: ¿A quién creerle?

La primera conclusión es que desde el Gobierno, con el protagonismo excluyente del polémico secretario de Comercio Guillermo Moreno, urdieron un nuevo plan de marketing político que incluyó la puesta en escena del adjudicatario de un plan en La Plata, transmitido en directo por todos los canales de TV, después que un supuesto primer beneficiario renunció al premio por tratarse del hijo de un funcionario del Gobierno.

“Fuera de eso, solo hay promesas”, admitió off the record un ejecutivo de comunicación de la industria automotriz, que pidió estricta reserva de su nombre, seriamente enojado con la sobreactuación de algunos miembros de la Asociación de Concesionarios que, probablemente urgidos por Moreno, se vieron compelidos a sembrar ilusiones entre el público, aún sabiendo que “hasta hoy no existe diseño del contrato porque ni siquiera hay acuerdo sobre los requisitos que deben cumplir los interesados en adquirir un 0 kilómetro”.

En realidad, admiten especialistas del negocio automotor consultados por revista Imagen, el plan podría ser un éxito si se lo hubiera elaborado con tiempo, estudiando cada detalle y no tratando de lanzarlo cuando la mitad de los supuestos requisitos para acceder al auto se desconocen.

Por ejemplo, apuntar al sector asalariado más bajo de la población, (que redondea alrededor de 400 dólares de ingresos mensuales) supone poner al potencial adquirente entre la disyuntiva de pagar las cuotas del vehículo (se estiman alrededor de 800 pesos, con un dólar cercano a los 3,50 pesos) o atender otros requerimientos familiares más urgentes. Eso sin considerar gastos en combustible, estacionamiento, seguros, etc.

Hay que agregar que esos datos serían factibles dando por cierto que el interesado califica para acceder a un crédito prendario, después de pasar el examen de su conducta frente al pago de deudas, una radiografía que empieza por el boletín de la calificadora de deudores Veraz, sigue por la AFIP (agencia de recaudación impositiva estatal) y puede extenderse a bancos y empleadores declarados por el comprador.

Lo cierto es que la necesidad de dar buenas noticias (como alguna vez intentó sin éxito el ex presidente Fernando de la Rúa) parece haber traicionado una vez más al oficialismo ya que por un lado, profundiza el mal humor de quienes desde diciembre comenzaron a dejar adelantos de dinero en las concesionarias para reservarse un cupo en el plan y por el otro, termina malquistando a los concesionarios con las automotrices que no ven con buenos ojos la permanente improvisación con los anuncios. Precisamente una de las consecuencias que critican en voz baja, aunque con toda la bronca, es que anticipar facilidades que siguen en veremos, fue una de las causas de la abrupta caída en la venta de autos de diciembre último porque “aquel que tenía 10 ó 12 mil dólares para comprar un cero, prefirió guardarlos para engancharse en el beneficio (pago en 40 cuotas) que se prometía desde el Gobierno…”.

Con el calendario electoral a la vista y en medio de un 2009 que se preanuncia complicado, todo hace pensar que desde el oficialismo continuará la búsqueda del impacto mediático buscando cambiar el malhumor social, en baja desde el enfrentamiento con el campo y casi sumergido desde el reconocimiento de la Presidenta sobre los golpes que le asestaría la crisis financiera internacional a la economía local. Hasta hora la ecuación anuncios-hechos sumó negativo pero el balance de la estrategia marketinera oficial seguramente sólo se conocerá cuando las encuestas electorales comiencen a medir los resultados.